El surgimiento en Europa de los partidos extremistas debería escandalizar a los partidos moderados porque surgen de su fracaso. Y hace años que, en España, la presencia de Vox y de los comunistas de Podemos tendría que haber removido los cimientos del PP y del PSOE porque son la consecuencia de su fracaso político y moral y de un desengaño social del que no quieren enterarse. Casi cada día descubrimos sus mentiras y las vergonzosas letras pequeñas de sus decisiones, pero ellos siguen igual, tratándonos como a idiotas. Hace tiempo que deberían tomarnos en serio, honestizarse, verdadearse y devolverle la dignidad a una democracia en la que los ciudadanos –trabajadores y empresarios–, en muchos casos, estamos económica y legalmente desamparados; a veces nuestra legislación parece estar del lado de los delincuentes. Me indignó ver que tras el triunfo de Giorgia Meloni en Italia, los comunistas de Podemos anunciaran el «miedo» que sienten ante la posibilidad de que Vox llegue al poder –yo también lo siento–.
Es verdad: la extrema derecha borra libertades y tiene poca sensibilidad social. Sin duda. Cuando gobernaron en Italia, donde ahora han vuelto a vencer, demostraron esa insensibilidad, aunque ni pegaron un golpe de estado ni convirtieron a Italia en un régimen fascista ni provocaron la guerra… que es lo que Podemos sugiere que sucedería en el caso de que Vox llegase al poder. Pero mientras hacen estas afirmaciones, los comunistas, mofándose de nosotros, no condenan a los regímenes extremistas como el cubano o el venezolano en los que la democracia, la libertad y la dignidad, a golpes de violencia, brillan por su ausencia. Pero a esos los justifican porque defienden sus ideas encarcelando o matando a sus oponentes. Ese es el problema: cuando los partidos políticos –moderados o no– justifican o pactan con los partidos extremistas que llevan al extremo sus ideas. No nos engañemos: Podemos es como Vox y el día que en Cuba haya una guerra contra los absolutistas, los de Podemos se cambiarán de camisa y afirmarán que están del lado del lado de los oprimidos y, su gobierno, de pronto, se habrá convertido en fascista; ¡como si ahora fuesen demócratas! Podemos también da miedo. ¿O no se ven en Cuba?