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Más enfermeras, por favor

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En mi opinión, si existiera el cielo de los bienaventurados, allí sólo irían con total seguridad las enfermeras, los traductores y traductoras, algún dibujante y, desde luego, aquella novia de Kafka de nombre Milena, acaso las únicas criaturas humanas indiscutiblemente benéficas. Pero sobre todo, las enfermeras, que nunca son suficientes, hacen falta más. Aquí en Baleares nos faltan 3.107 enfermeras para alcanzar la media europea, según la portada del miércoles de este periódico. Mala noticia, muy mala, aunque nos lo figurábamos; basta mirar por la ventana o salir a la calle para tener la amarga sensación de que aquí falta algo. Enfermeras. Y en la España continental aún faltan más, 95.000 para la media europea, que tampoco es gran cosa. Estamos acostumbrados a titulares alarmantes, pero hay alarmas y alarmas. Si nos dice que faltan abogados, o comunicadores, o líderes carismáticos, o psicólogos, nos da igual. Si faltan que falten. Pero enfermeras… Pocas me parecen esas 3.107 en Baleares, o 95.000 en toda España. Diría que faltan muchas más. Médicos no, de médicos vamos sobrados, y no digamos de sociólogos, autores de novela negra y gestores culturales o de la propiedad. Menos cantamañanas expertos y más enfermeras es lo que nos urge. La verdad es que la falta de enfermeras es una tragedia social (y psíquica) que se remonta al alba de los tiempos, pero claro, cuanto peores son esos tiempos, y ahora lo son bastante, más enfermeras necesitamos. Y más se nota su escasez. La civilización no depende de la cantidad de inversores o móviles, sino de la cantidad de enfermeras. Más importantes que el suministro de gas o el control de la deuda pública. ¿Y entonces por qué no hay suficientes, si de casi todo hay de sobra? Incomprensible. No me lo explico. Pero he mencionado a la hermosa Milena Jasenká, periodista y traductora además de novia de Kafka, muerta en el campo de concentración nazi de Revensbrük. Donde también fue una enfermera admirable, según testimonios. No es normal que hoy en día, en Mallorca y en España, las enfermeras tengan que ser heroínas legendarias. Con ser enfermeras es suficiente. Más enfermeras, por favor.

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