Intento comprender que pasa por la mente de los políticos que nos representan y no lo consigo. Como soy consciente de mi limitación lo pregunto a mis colegas del Hospital, a los tenderos, vecinos, amigos y me tranquilizo cuando me dicen que ninguno lo entiende. El análisis para ser completo debe ser holístico. Me temo que no hay capacidad para ello. Negueruela primero habla de que estamos en pleno empleo, luego la presidenta remata que ningún país europeo ha limitado el turismo.
Paradójicamente la prestigiosa cadena Riu declara en un alarde de inteligencia, que es menester regular la masificación por motivos de sostenibilidad. El presidente de Meliá con su habitual diplomacia vaticana, adelanta la solución lógica, menor cantidad por más calidad. Los medios de diferente perfil colocan en sus portadas la saturación de la isla de la calma.
PP y Vox, sin embargo repiten que no hay que limitar el crecimiento. Su ideología mercantilista les limita. Podemitas y Més han visto que sus bases están indignadas y ahora empiezan con su cacareo de postureo, pero sin molestar para no perder su montura. El regionalismo del PI se desgañita pidiendo cordura, pero como todavía no les necesitan, son gritos en el desierto. Se da la paradoja de que los turistas dicen que la decadencia en movilidad, limitación en conocer la Isla y la saturación de la oferta complementaria les resta calidad vacacional. Los ciudadanos permanecemos entre el cabreo y el estupor. Despierten del sesteo, escuchen el clamor y asuman la evidencia.