Debo confesarles una cosita, amables lectores, y es que últimamente no veo mucho las noticias de la televisión. Fue una decisión que tomamos mi mujer y yo durante la pandemia. Y de hecho, el tiempo que dedico a ello, a ver las noticias, suele ser muy cercano al 0 %. La verdad es que llevo muchos años pensando (sabiendo) que en las telenoticias lo que triunfan son las malas noticias, las que crean morbo, las catástrofes, los delitos, la corrupción (seguramente los que nos venden eso saben mucho más que todos nosotros de lo que vende; al fin y al cabo, en la vida prácticamente todo debe coexistir entre los verbos comprar y vender), de eso se trata, ¿verdad?
Y yo lo que quiero seguir creyendo (sabiendo) es que el mundo es una mezcla de cosas buenas y malas, y aún así me sigo agarrando a mi voluntad de dar gracias a las fuerzas del cielo por haber nacido en una isla afortunada (Mallorca), ¡qué bonita es nuestra roqueta!, por convivir con gentes de muchas partes del mundo en el primer mundo, entre el siglo XX y el siglo XXI, de poder luchar por un trabajo, de disfrutar de los avances tecnológicos que existen hoy en día, que no son pocos y un largo etcétera de cosas positivas.
Parad un momento a pensar todo lo bueno que nos rodea. Pero cierto es que tampoco no puedo estar ajeno a lo que pasa en el mundo. Sé que en la calle los temas principales son el coronavirus, la ola de calor y las altas temperaturas, la crisis climática, la crisis del gas, la guerra en Ucrania, la inflación… Y claro, tengo que escuchar a menudo a unos que le dan la culpa al PSOE, otros que dan la razón al PP, otros a los nacionalistas, etc.
Y pienso ¡qué triste! Todo esto está entre nosotros y existe a pesar de los políticos. Y ahí ya tenemos nuevo tema para discusiones familiares. Unos opinarán una cosa y otros opinarán lo contrario. De ahí la diversidad de opiniones… que siempre existirán, pero ya tenemos guerras dialécticas entre amigos y familiares. ¡Haya paz familias! Yo hace tiempo que decidí que mientras el mundo está con su deriva en rumbo loco a través de las llanuras de la existencia, yo seguiré con lo mío: ofrecer lo mejor de mí al universo y cuidar de mi familia y amigos. ¿Y ustedes?