Estaba yo pensando el tema del que tenía que hablarles este fin de semana, cuando de repente saltó la chispa. Acostumbro a acompañar mi desayuno con la lectura del periódico y fue este que me dio la respuesta. Un titular destacaba el protagonismo histórico que han tenido en la prensa del país una serie de rotativos centenarios. Y he aquí, ¡ya tengo el tema! Fue un primero de mayo de 1893 cuando La Última Hora saltó a las calles de nuestra ciudad. Cumplimos 129 años este fin de semana, ¡casi nada! Llegar a esta cifra sin faltar ni un solo día no es tarea fácil. Y ser testigos de ello es siempre una fiesta. Es más de un siglo de la vida de Mallorca contada día a día. Con grandes alegrías y algunas tristezas. Son años que forman parte de nuestra historia, la historia de diferentes generaciones leyendo el mismo diario.
No fue hasta los años sesenta que me di cuenta de que era una pequeña partícula más de este diario y descubrí el mundo de la tinta y el papel. Recuerdo, como si fuera ayer, cómo me maravilló asistir a la gestación diaria de un periódico. Descubrí que todos éramos una gran familia, donde cada uno tenía su función. Desde el director a los redactores, que llenaban las páginas con sus noticias, pasando por los linotipistas y maquinistas de las impresoras. Siento nostalgia de los vendedores, que al grito de timora, timora, se lanzaban a la calle para repartirla; como hicieron más tarde los audaces tupamaros, infiltrándose en la circulación para pregonar la Ultima Hora. Eslabones de una gran cadena que lograron, sin faltar ni un solo día, que esta cabecera nos contara la historia de la ciudad.
Son 129 años de recuerdos, que jamás se borrarán. Molts d'anys a la gran familia de la Ultima Hora.