Como saben, amables lectores, este próximo domingo es el Día de la Madre. Aparte de ser una ocasión para promover el consumismo, puede ser aprovechado por aquellos hijos que un día se dieron cuenta de que el amor de una madre hacia el fruto de su vientre podía ser calificado con los mejores adjetivos. Pero esta vez te quiero felicitar con todo mi amor, además te quiero expresar mis más profundos sentimientos porque tú eres la mujer que se ha ganado mi corazón por completo y que cada día me entrega su más sincero amor.
Hablo de mi querida mujer, la madre de mis hijos. Recuerdo aquellos días en los cuales me enamoré de ella: ha sido siempre un amor muy sincero, fuerte y real. Nuestro amor con el tiempo siempre ha ido creciendo, hemos disfrutado de una felicidad y alegría infinita y esos bonitos sentimientos se han ido repitiendo con el nacimiento de nuestros queridos hijos. Mi maravillosa esposa es una madre inigualable y cada día le doy gracias a Dios por la bendición que es tenerte conmigo. El cariño que nos das es un cariño que no tiene límites, siempre estás dispuesta a darlo todo por nosotros. Somos afortunados y debemos aprovechar cada momento junto a ti.
Este domingo es una día especial, pero para nosotros lo es todos los días del año. El Día de la Madre me recuerda que ya están aquí las golondrinas y los vencejos, tras acordarse de las rutas aéreas que siguieron las generaciones que las precedieron; me recuerda también que los días se seguirán estirando hasta límites insospechados, tratando de dejar atrás ese invierno desolador con el que tuvimos que convivir durante tres meses; me recuerda que el sol nos regalará a diario su sonrisa desde el punto más alto de nuestra cúpula celeste; que los árboles de nuestros bosques comenzarán a respirar ese aire embriagador que les dará la seguridad necesaria para colmarse de energía vital; los campos se llenarán de florecillas silvestres, las florecillas atraerán a numerosos insectos que las polinizarán y servirán de alimento de otros animales para cerrar así la cadena alimentaria en eterna armonía con la madre naturaleza. Con todo mi cariño, a todas las mamás buenas del mundo, que sois la mayoría, os deseo un feliz día.