Los ucranianos combatieron contra el autoritarismo ruso desde su independencia en 1917. Por un lado estaban los nacionalistas y por otro un humilde campesino anarquista llamado Nestor Majnó que organizó en el este de Ucrania el primer ensayo anarquista amplio de Europa. Los bolcheviques acusaron a ambos de independentistas y contrarrevolucionarios y acabaron aplastándolos por la fuerza. Entre 1918 y 1920, en la zona de Guliaipolé, no lejos de Mariúpol (hoy asediada por Putin), se desarrolló un modelo de sociedad antiautoritaria, sin ningún poder político rector, basado en comunas. Obreros y campesinos crearon un Consejo Revolucionario independiente y extendieron el comunismo libertario. Abrieron las prisiones y fundaron una escuela que seguía el modelo pedagógico del anarquista catalán Francisco Ferrer i Guardia. Su brazo militar era el Ejército Insurreccional Majnovista, con unos 20.000 voluntarios. Su emblema era la bandera negra, de ahí que le llamaran el Ejército Negro. Se enfrentaron primero a los monárquicos, el Ejército Blanco que luchaba en la guerra civil rusa contra el Ejército Rojo. Al inicio, bolcheviques y majnovistas firmaron un pacto para combatir al enemigo común, pero Moscú acabó acusando al Consejo de Guliaipolé de contrarrevolucionario. Ellos respondieron: «¿Tenéis derecho a declarar contrarrevolucionarios a más de un millón de seres humanos que han roto las cadenas de la esclavitud y construyen ahora su vida a su propio modo?».
Los bolcheviques dejaron de colaborar con el Ejército Negro y este se las tuvo que arreglar para derrotar a los blancos de Ucrania (y a sus tropas de refresco chechenas). Tras la victoria, continuaron las fricciones y los bolcheviques ordenaron la disolución del Ejército majnovista. En noviembre de 1920, el Ejército Rojo de Trotsky rodeó Guliaipolé y hubo duros combates. Era una lucha desigual. Majnó acabó herido y derrotado. Tuvo que exiliarse a París y sus seguidores fueron encarcelados o asesinados. La URSS continuó reprimiendo a los anarquistas hasta que desaparecieron bajo la dictadura de Stalin. Como dice Julián Vadillo, el movimiento majnovista «fue la primera plasmación de las ideas libertarias sobre el terreno y primer precedente del proceso revolucionario que se desarrolló en España en 1936». Majnó conocería en París al líder anarquista español Buenaventura Durruti y lo acaecido en Ucrania condicionaría las relaciones entre libertarios y comunistas durante la Guerra Civil. La prensa de la época da buena cuenta de ello. Los diarios de la CNT alertaban constantemente de la amenaza del autoritarismo bolchevique. Y así fue: en mayo de 1937 volverían a enfrentarse en Barcelona.
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