No hagamos predicciones sobre el futuro de la pandemia. No hagamos predicciones. No sabemos lo que va a ocurrir. No podemos decir que no va a haber una nueva variante tipo delta u ómicron. Creo que nos aventuramos excesivamente cuando imaginamos y planteamos lo que va a pasar en el futuro. Creo que nos equivocamos cuando nos quedamos sin evaluar ninguna de las medidas que se han puesto en marcha y diseñamos actuaciones de respuesta ante la situación que tenemos sin tenerlo en cuenta.
Yo veo que no sabemos lo que va a ocurrir. Nadie lo sabe diría yo. Lo que si sabemos es que si no queremos volver a situaciones previas es necesario que la desescalada sea sin prisas, para evitar nuevas olas de la pandemia. Y más si vemos lo que está pasando en los últimos días y más viendo los datos de este viernes. Por tanto, me sumo a que no pidamos ni hagamos predicciones. Las predicciones ante situaciones que nunca habían ocurrido y que por primera vez vivimos en estos años, son normalmente erróneas. Está claro que las predicciones que se plantean, no tienen una base científica, porque no se basan en experiencias previas. Y la verdad, es que no sabemos lo que va a pasar y por tanto no creo que sea adecuado quitar todas las medidas cuando la situación no es clara. Sabemos cosas como que la incidencia acumulada ha ido bajando aunque se haya parado al bajar, que hay CCAA donde ha subido menos y otras que ha bajado más, que hay mucha mortalidad aunque se está estabilizando y que vuelvo a decir, no podemos saber con lo que hay, lo que va a pasar en el futuro próximo.
Tras una sexta ola con tasas de transmisión nunca vistas, la incidencia de casos de COVID-19 está cayendo no solamente en España, sino también en los países de nuestro entorno. Es verdad que están cayendo los ingresos hospitalarios y en las unidades de cuidados intensivos y también la mortalidad. Per….. Quienes escriben sobre escenarios dicen:
1. Escenario optimista: el virus se comporta como la gripe (15.000-30.000 muertes al año en EEUU). Las variantes que aparecerían serían más suaves y la inmunidad adquirida por vacunas o haber pasado la enfermedad sería duradera. A este escenario se asigna un 10% de probabilidad.
2. Escenario intermedio: el virus provoca entre 30.000 y 100.000 muertes al año en EEUU. Aparecen más variantes, pero su efecto se contrarresta bastante con la inmunidad previamente adquirida. En este entorno habría que adaptar las vacunas y habría que analizar el estado general de inmunidad de la población. Este escenario es el más probable y se le asigna un 50% de probabilidad.
3. Escenario pesimista: el virus provoca entre 100.000 y 300.000 muertes al año en EEUU. Aparecen nuevas variantes con nuevas mutaciones, más letales o que evaden más la inmunidad que las anteriores. La inmunidad adquirida desciende con el tiempo. A este escenario se asigna un 40% de probabilidad.
Otros expertos nos dicen:
1. Primer escenario: Asumir que habrá otra ola el próximo invierno. Ello significa que hasta entonces tendríamos una situación bastante favorable y que habrá que vacunar entonces a los grupos de riesgo, en un entorno de una menor gravedad de forma progresiva de estas nuevas olas o brotes. Las vacunas y los antivirales nos podrían permitir tener más o menos controlada la situación. Ello depende de varios factores como el de la duración de la inmunidad por la infección, el de la de la eficacia y duración de las vacunas (las actuales y las que se desarrollen) y de cómo funcionen los antivirales. Y en todo esto también jugarán un papel las posibles nuevas variantes. Si estos factores son desfavorables, es evidente que los escenarios van a empeorar.
2. El segundo escenario, menos optimista: asumir más gravedad e impacto similar a la ola de este año, en base a un mayor escape inmunitario y menor eficacia de los tratamientos disponibles.Estos dos escenarios, sobre todo el primero, equivaldrían a lo que se ha llamado situación de endemia. Y quiero recordar que endemia no significa olvidarse del virus o que sea una enfermedad leve, ya que la malaria es endémica en muchos países y es una enfermedad con una mortalidad importante .
3. En los dos últimos escenarios, la repercusión podría ser mayor que la que hemos tenido este invierno, siempre dentro de la situación de que no volveríamos en ningún caso a la casilla de salida. Repetir la crudeza y el horror de las tres primeras olas parece imposible. Esperemos que todo el mundo reciba al menos dos dosis lo más pronto posible.
¿Qué es lo más probable que ocurra? Lo más normal es que vayamos hacia los dos primeros escenarios. Pero no lo sabemos. En los dos primeros escenarios se podrían ir progresivamente disminuyendo muchas de las medidas de salud pública que tenemos en estos momentos. En los otros está claro que no.
Vemos, por tanto, que lo único que está claro es que tendremos un futuro en el que habrá que añadir la COVID-19 a la lista de otras enfermedades que circulan entre nosotros. De todas formas, lo que está claro es que no hay un recetario. Y lo que necesitamos es sentido común y adecuación de las medidas no a fechas sino a indicadores y a la evidencia científica. Es evidente que nadie tiene la bola de cristal ni la fórmula mágica para resolver la pandemia ni para saber qué medidas son necesarias actualmente y cuáles para el futuro. Sigamos investigando. Lo necesitamos.