Hay quien aprovecha los epílogos, recapitulaciones de la obra y balance de contenidos para sacar sus propias conclusiones y formular consideraciones morales acerca de la novela en cuestión, o del año que termina como es ahora el caso. No soy de esos, para nada. Quizá fui moralista de joven, sin darme cuenta, pero ya me he quitado hace décadas. Así que este epílogo del 2021, tan parecido al 2020 por la COVID y sus mutaciones (los virus todo lo igualan), no me va a llevar ni diez líneas. Lo justo para constatar que la pandemia nos ha metido en un bucle espaciotemporal repetitivo, y de ahí no salimos. Vacunas y más vacunas, la televisión no nos ahorra ni un pinchazo, pero cuando parece que salimos, estamos en el inicio. Lo típico de los bucles. Así que termino ya el epílogo y pasamos a las notas.
El año empezó con la retirada forzosa de Trump en enero, no sin hacerse mucho el remolón y provocar el célebre asalto al Capitolio, por el que se le recordará siempre. Y por el que tanto le echan de menos los republicanos, que ya añoran su vuelta. De momento, hay réplicas en todas partes, en casi todos los países incluido el nuestro (los nuestros); otro bucle temporal, más amplio que el vírico, de tipo ideológico, muy ultraderechista. Y sin vacunas. Nadie sabe cómo se sale de ahí porque también se retiró Merkel, señora conservadora a la que amaban las izquierdas. Era el tapón de sus ultras, y no, no tenemos más tapones.
El Barça echó a Messi y se desintegró de inmediato, o viceversa, y desde entonces no ha parado de hacer el ridículo más grotesco. Y quién no lo hizo este año. Hasta Xavi está aún en ello. Y el presidente Biden, al que le ha desaparecido su entusiasta vicepresidenta Kamala Harris, y se está quedando en nada. Como todo el mundo, dirán los agoreros, no hay más que recordar la Cumbre del Clima. Un año de mierda, asegurarían los moralistas expertos en epílogos. Hasta el idioma parece fosilizado y se repiten las mismas palabras del año pasado. Restricciones, vacunas, recuperación… Otro bucle verbal inacabable. Mejor lo dejamos estar. Mañana será otro año. No se contagien esta Nochevieja y feliz año nuevo a todos. Y todas.