Ante todo debo decir que la letra de la canción de Valtònyc que le costó pena de cárcel, que no ha cumplido porque se ha fugado de la Injusticia imperial y se ha presentado a la Justicia belga, me parece asquerosa, porque el arte no solamente debe decir la verdad, sino que debe hacerlo con gracia y belleza. Pero igualmente me parece asquerosa la condena a pena de cárcel por parte del Imperio español. Porque si Valtònyc entonces careció de la suficiente habilidad para decir con elegancia lo que dijo, también el Imperio carece de la mínima madurez para tolerar la libertad de expresión. Hay que añadir que mientras el Imperio español muestra desde hace siglos sus carencias sin la menor autocrítica, el rapero mallorquín demuestra en la entrevista que abajo comento que aquella falta fue debida a su inmadurez y que en cinco años ha crecido considerablemente en sabiduría. Cosa que el Imperio español necesitaría, haciendo una simple regla de tres, más de dos mil años para estar a su altura.
Su desarrollo se puede constatar en la entrevista realizada por Maritxel Partal en Vilaweb, después del éxito obtenido al declarar el Tribunal Constitucional belga como inconstitucional la ley de lesa majestad para no tener que extraditarle, equivalente a la ley de injurias a la corona española. Valtònyc reconoce que es un hito personal importante y que le da cierta seguridad de no ser extraditado. Y en el ámbito de la lucha colectiva él cree que ha conseguido que en Bélgica ya nadie pueda ir a la cárcel por algo que el Estado español ha encarcelado a quince raperos. Se enorgullece de que además de la victoria por la libertad de expresión haya internacionalizado la falta de derechos en España, porque Bélgica, para tomar esta decisión se ha apoyado en las condenas del TDEH contra el Estado español. Y la prensa internacional se ha hecho eco que un rapero mallorquín haya sido capaz de cambiar en Bélgica una ley penal.
Más adelante añade que algunos que se dicen republicanos han querido minimizar este hecho trascendental. Cree que es un cáncer del republicanismo, pero piensa que esto desaparecerá cuando vean que el sectarismo no aporta nada a la causa. Deberían ver que Bélgica ha tenido que hacer autocrítica y mirarse al espejo. Porque cuando se exilió le criticaron que se fuese a una monarquía donde también estaban penalizadas las injurias a la corona. Pero cree que su resultado ha sido un éxito doble, quitar privilegios al Rey belga y dejar en ridículo al Estado español. En todo caso no quiere negar que en las críticas siente una parte positiva, porque la agresividad contra su persona es lo que le conviene a cualquier intento transformador. Y para aquellos que prometían transformar España debe ser un vergüenza que un rapero de veintisiete años haya sido capaz de cambiar una ley en el extranjero, mientras ellos no pueden reformar nada en España.
Dice que ERC quiere ser la Bildu de Catalunya y pretende que Catalunya sea Euskal Herria; pero él ve que los vascos se enfrentaron al Estado y perdieron, mientras que Catalunya se enfrentó al Estado y ganó. Por lo cual, las autoridades de Catalunya deberían gestionar la victoria tal y como el pueblo catalán merece.
Respeto a su extradición la ve con optimismo y cree que no solamente no llegará, sino que su exilio allí ha servido para obligar a mejorar la legislación penal belga. Y se alegra de que gracias a él el Código Penal belga, contrariamente al español, ya no sea un obstáculo para los derechos fundamentales. No se puede negar que Valtònyc, en esta entrevista, muestra una madurez muy alejada de la alocada canción que le llevó al exilio. Madurez sorprendente en un chaval de veintisiete años.