En cuestión de unos años, el sistema educativo en Baleares ha pasado de eterna promesa a tomar rumbo decidido hacia la primera división. Atrás quedaron las épocas de Rajoy y Matas, con sus dolorosos recortes. En la gran manifestación de la Marea Verde, a la que asistí, todos y todas las que estábamos allí sabíamos que esa protesta educativa sería histórica y definitiva y así fue. La ola verde se tragó, literalmente, al Gobierno del Partido Popular y con él, los desprecios a la educación pública.
Ciertamente, las Baleares aún no encabezan ningún ranking de calidad educativa pero los esfuerzos que el Govern del Pacto de Progreso y la Conselleria de Educación están poniendo son numerosos, visibles y, cuánto menos, esperanzadores. En estas Islas, la educación y la sanidad pública se han apuntalado durante la pandemia.
El Govern blindó nuestros tesoros más preciados: la salud y la educación. Nos recomponemos ahora, después de año y medio de turbulencias, con la que será la primera ley de educación que tenga Baleares. Desde Unidas Podemos quisimos añadir al borrador unas enmiendas muy concretas. Algunas tuvieron el consenso del PSOE y de Més per Mallorca y por eso las firmaron con nosotras. Solo una terminamos presentándola en solitario con bastante sorpresa.
La próxima ley de educación garantizará por ley que los materiales escolares sean gratuitos para las rentas más bajas. Esto fue un compromiso conjunto del gobierno que ahora queda cumplido e incorporado a la ley. Fue la enmienda que más costó negociar pero Unidas Podemos no tenía dudas: la educación pública ha de ser un mecanismo igualador en derechos y oportunidades. Lo conseguimos a última hora, con prisas pero sin ceder ante el PSOE. Lo conseguimos porque si se quiere, se puede.
Solo hubo una enmienda que no aceptaron nuestros socios de gobierno, y que acabamos presentando en solitario: la que pedía que se quitara la referencia a la religión de la ley educativa. Aunque esta garantía ya se contempla en leyes de rango superior, queríamos que la primera ley de educación de Baleares fuera punta de lanza hacia un futuro que va a llegar a España más pronto que tarde: la laicidad de la educación pública. No hubo manera, la religión se queda en la ley; pero nosotras seguiremos mirando al futuro con mirada amplia.
Otras tres enmiendas que se aceptaron tienen que ver con la enseñanza de los derechos humanos. Aquí se honrará la memoria democrática de las víctimas de la Dictadura. Se contará cómo la ausencia de la democracia trae dolor, sufrimiento y oscuridad. La memoria democrática ayudará a que no se olvide nuestra historia para que no se repita. Además los libros de texto garantizarán el respeto a la diversidad y a las diferentes identidades sexuales.
Ahora toca el turno al Parlament. Vendrán debates sonoros que pretendan utilizar la educación como mercancía. Vendrán debates que buscarán dividir a la gente de estas Islas. Sin embargo, Unidas Podemos se mantendrá firme en sus reivindicaciones: queremos una educación pública, laica y de calidad. El progreso es la única opción. Y lo demás es ruido.