Ha sido al azar. A través de una emisora de radio, acabo de escuchar Clavelitos, aquella canción que cantábamos los universitarios, hace varias décadas, acompañados de la tuna, los fines de semana. Es un hecho que en los tiempos que corren puede parecer mentira. Si recordar es vivir dos veces, al escuchar Clavelitos, he revivido con nostalgia y sin vergüenza aquellos años en que nuestra preocupación era aprobar el curso, conseguir un título y después un trabajo que siempre encontrábamos.
Actualmente, al hablar de cómo se divierten los jóvenes, universitarios o no, nos informan los periódicos, canales de noticias, redes sociales y demás medios de comunicación, de que los fines de semana hay botellones, mucho alcohol, y que, en muchos casos a los jóvenes les gusta luchar entre ellos, y guerrear entre pandillas que siempre terminan con heridos e incluso con alguna muerte.
La diversión que hoy proponen los jóvenes demuestra claramente una falta de educación y que la violencia ha entrado en la sociedad. Ahora que los gobernantes están haciendo una nueva ley de educación, sería bueno que los valores humanos y sociales vuelvan a las aulas, y con ellos se hablara de respeto, amor, justicia, libertad, tolerancia, solidaridad, lealtad y perdón.