Los gatos salvajes se han hecho dueños y señores de varios jardines y calles de la Urbanización El Toro de Calvià, mientras algunos vecinos están desesperados por la inacción del Ayuntamiento, con su alcalde, Alfonso Rodríguez, a la cabeza.
La situación ha llegado a extremos tales que estos felinos se cuelan en las casas y atacan con saña a los animales domésticos, especialmente a los perros, ocasionándoles heridas muy graves, como arrancarles el rabo de un mordisco, con el consiguiente gasto en veterinario y las secuelas psicológicas que supone para los animales agredidos, ya que desde entonces viven completamente aterrorizados.
¿Y qué hace el Consistorio? Nada, se limita a decir a los afectados que llamen a la perrera municipal, desde donde se les ofrece una jaula para que los capturen, los entreguen para ser castrados y posteriormente devueltos a la zona. Increíble pero cierto. Ante un problema tan serio, la solución es un mal chiste, porque no es otra que convertir a los residentes en cazadores. Y los ediles felices con la medida.