Seguridad, reconstrucción y gobernabilidad, este era el eje de la misión de la OTAN en Afganistán. Pero en los veinte años que ha durado la misión no se ha conseguido ninguno de esos objetivos. El hundimiento del régimen constituye un rotundo fracaso de Occidente. Biden, que ha seguido la política de Obama y Trump, no ha estado dispuesto a cargar con el precio humano, económico y político de enviar otra generación a una guerra interminable que no se puede ganar. Lo que da paso a la doctrina de no imponer por las armas los derechos humanos ni sacrificar las vidas de nuestros soldados para intervenir indefinidamente en conflictos internos de otros países.
Los últimos estudios globales realizados por la Encuesta Mundial de Valores sobre la solidez de la democracia arrojan datos muy preocupantes. En un estudio del Pew Research Center en 34 países, más de la mitad de los ciudadanos encuestados en todo el mundo no están satisfechos con el funcionamiento de la democracia en su país. Ambos muestran una creciente corriente de opinión sobre sus carencias e ineficacia. Se coincide en que las democracias atraviesan una triste decadencia.
Igual que en los años treinta del pasado siglo, en que las democracias estaban en retirada ante la pujanza del fascismo y el comunismo, hoy son el islamismo radical y el comunismo y las autocracias, de nuevo, los que las arrinconan e imponen su visión fanática del mundo. En Centro y Sudamérica florecen los regímenes de corte neocomunista; Turquía, integrante de la OTAN, es un régimen autoritario y celebra el triunfo talibán, la comunista China compite como potencia mundial con los Estados Unidos; la Rusia de Putin, modelo supremo de autocracia, cuenta con el 80 % de apoyo popular y los líderes de la extrema derecha europea, le tienen como modelo a seguir; los partidos comunistas, en algunas democracias, reaparecen, hasta llegan a formar parte de gobiernos democráticos, como en España.
Se acabaron las políticas exteriores basadas en nuestros principios y valores. Mientras miramos hacia otro lado ante un régimen clerical que invisibiliza a las mujeres y prohíbe que las niñas vayan a la escuela, aquí nos preocupa que se estudien las mates con perspectiva de género.