Alguien dijo que hay personas que hacen que cambies tu forma de ver la vida, películas que revolucionan tu ser y canciones que se adhieren a tu propia alma activando ese piloto automático que hace que todo lo sencillo se convierta en extraordinario.
Son tantas las veces en las que hablamos sin tener ni idea de las cosas y lamentablemente pasa demasiado tiempo hasta que las descubrimos en persona. Por ello solo se conoce el mundo a través de la comprensión de lo vivido. Lo dijo Antoine de Saint-Exupéry, lo único importante es la vastedad del alma, con sus climas, sus montañas, sus desiertos de silencio, sus deshielos, sus pendientes floridas, sus aguas durmientes: todo esto es una garantía invisible y sublime.
En ella se basa tu felicidad, ya no puedes separarte de ella porque todo termina formando parte de ti. Llega un milagroso día en el cual te desprendes de todos los filtros negativos y ese piloto se activa para acompañar tus pasos en todo espacio tiempo que recorras y lo sabes, sabes que solo puedes brindar amor, esa es la única apuesta ganadora, incluso a los que tratan de dañarte con su ignorancia. Los escuché en directo en Valldemossa y quedé prendada de inmediato en ese fascinante escenario bajo una noche estrellada. Su música iba subyugándome lentamente. Amigos de la adolescencia convertidos hoy en músicos de primer nivel, Suassi i els electrodomèstics. Su mensaje es claro y recurrente en sus canciones, «Que triunfe siempre el amor», de manera incondicional, en todo aquello que hagas o emprendas porque nada hay más importante en la vida que el amor. Me enamoró de inmediato su canción ‘Carrer Amor', la melodía, su letra, te abduce de inmediato y te atrapa en una sensacional espiral donde el corazón se convierte en protagonista y guía absoluto. No importa lo que suceda a tu alrededor, no importa lo que la gente hable o diga cuando te conectas con tu música interior. Eres consciente de que peor está quién nada ofrece y mejor quien todo lo da, que puedes conformarte o salir en busca de ello; que toda acción tiene su reacción y que toda equivocación te brinda una transformación, porque el amor puede cambiarlo absolutamente todo. Qué difícil es llegar a saber amar, implica valentía y coraje, es superación y humildad, es generosidad y, muy especialmente, es perdón. La fórmula es sencilla, que todo sea como si fuese como el primer día, como si no hubiese un mañana, y que la magia siempre sea el sentido de nuestro día. Que el bagaje final sea haber querido, en un último suspiro, en una última mirada, de aquí a la eternidad…