Los sondeos del CIS suelen alcanzar especial relevancia en tiempos preelectorales, cuando unos, los favorecidos por las encuestas, generalmente en el poder, los celebran, a la vez que otros, los que no ven en ellas reflejadas sus aspiraciones, denuncian su manipulación. Es algo que prácticamente forma parte del folclore de campaña y como tal es admitido. Pero un reciente sondeo llevado a cabo por el instituto público me llama la atención, tanto por la ‘osadía' del asunto que aborda, como por el torbellino de tópicos que entrañan sus conclusiones. Los lugares comunes se comienzan a erigir desde el título mismo del estudio (?): ‘Relaciones sociales y afectivas en tiempos de pandemia'.
Si empezamos por considerar que se aclara que un 33 % de los españoles cree que se puede amar a varias personas a la vez, es muy probable que la sensatez lleve a la mayoría a evocar a Machín completando lo dicho con... y no estar loco. Establecer que si se ama verdaderamente a la pareja se es fiel siempre, apoyado por el 16 %, es en mi opinión algo de una ingenuidad casi punible. Pensar con el 66 % que se pueden tener relaciones sexuales con alguien sin querer a esa persona, o admitir con el 70 % que se puede estar enamorado de alguien –otro alguien– y sentir deseo sexual por otra persona –sí, otra– contribuye a configurar un lamentable cuadro de lugares comunes que uno creía superado por la sociedad española del siglo XXI.
Pese a lo explícito del encabezamiento del estudio se atiende menos a lo ocurrido durante la pandemia, aclarando, eso sí, que un 10 % ha contribuido a una mayor frecuencia de sexo, y que un 40 % culpa a la COVID de no tener «citas románticas». ¿Qué, vale o no la pena seguir manteniendo el CIS?