Los chavales en current enables en Palma no saben la suerte que tienen. Les han llevado alcohol –alguien debería investigar las condiciones sanitarias al respecto– y no les han cortado las conexiones a internet, con lo que han podido continuar haciendo el imbécil ante el mundo mundial.
Y digo que tienen suerte porque jamás en su vida habían imaginado estar en un hotel de cuatro estrellas, tener sus quince minutos de gloria y tener algo interesante que contarle a sus nietos en el futuro.
Porque claro, explicar a sus hijos, cuando los tengan –aunque por el bien de la especie es mejor que no los engendren– que sus abuelos son unos caras descerebrados como ellos tendrá mucho menos glamour. Pero estará mucho más cerca de la verdad. Aquí nadie ha secuestrado a nadie, simplemente se han cumplido las normas. Ahora sí, por la higiene mental de todos, que no vuelvan.