Hay gente cuyo trabajo consiste básicamente en reunirse. Y no se crean, no todo el mundo puede pasarse el día entero de reunión en reunión. Se necesitan muchas tablas para estar ahí hora tras hora y no parecer un elemento más de la decoración de la sala. Van pasando frente a tus ojos temas diversos, caras de interlocutores, salas de reuniones, plataformas digitales, tazas de cafés, chistes más que sobados… y tú ahí, con tu sonrisa, asintiendo, aportando un nuevo punto de vista, matizando, planificando una nueva reunión para aclarar o profundizar en ese punto que no estaba sobre la mesa, en el orden del día.
Créanme, hay que ser muy bueno y tener muchas tablas y mucho oficio para no perder la cabeza, para parecer un tipo coherente, sensato, informado.
Sirva esto de homenaje a aquellos hombres y mujeres cuyo trabajo consiste en reunirse a todas horas. La supervivencia de nuestra civilización recae sobre sus hombros. Y ahora tengo que dejarles, me esperan en una nueva reunión. En un par de martes me tienen de vuelta.