Difícilmente se podría encontrar una oportunidad más adecuada que la conmemoración del centenario de Berlanga para que las autoridades españolas le echen un vistazo al convenio de Defensa firmado con EEUU en 1988, y caducado hace un mes.
Resulta que las bases de Morón y Rota ya no son lo que eran desde la perspectiva de los dirigentes del Pentágono, más atentos ahora al Pacífico y a la avasalladora China que al Mediterráneo y la importancia estratégica de las bases. Por otra parte, a lo que se cuenta, juzgan desde Washington que España debe estar agradecidísima a los beneficios que aportan los más de 6.000 norteamericanos residentes en Morón y Rota. Y si alguien tiene dudas al respecto lo mejor es que se interrogue a los españoles del lugar acerca de los ‘beneficios' en cuestión.
En Madrid tampoco andan muy contentos y la opinión general es que dada la facilidad que tienen los militares norteamericanos para entrar en un posible combate en áreas del Magreb y el Sahel, deben pagar por ello más de lo estipulado hasta ahora. En fin, que unos y otros están quejosos. Ya en plan llorica, los norteamericanos protestan por el hecho de que la flota rusa cargue combustible en el puerto de Ceuta, y los españoles por la maniobra de intercepción de un petrolero iraní ordenada por USA al Reino Unido, cerca de Gibraltar, en aguas que España reclama como propias. Como verán una especie de riñas domésticas a las que Berlanga podría sacar jocoso partido. Ah, lo ‘berlanguiano', tan magistralmente definido por José Luis Borau como, «una visión agridulce y conmovedora de nosotros mismos». Pues eso.