Ya tenemos Comisión de Garantía y Evaluación del Derecho a la Prestación de Ayuda a Morir en Baleares. La semana pasada, el organismo público quedó constituido tras un acuerdo del Consejo de Gobierno. En otros tiempos, seguramente, esta comisión se llamaría la Hermandad de la Buena Muerte. Pero, para que no suene a religiosa, le han puesto ese nombre tan elocuente. Pero, ¿qué es en realidad la Comisión de Garantía y Evaluación del Derecho a la Prestación de Ayuda a Morir? Se trata de una institución pública adscrita a la Conselleria de Salut i Consum y financiada por quienes están a favor de la eutanasia y quienes no lo están. Porque no te olvides que, para estas cosas, como en Fuenteovejuna, todos a una. Lo cual significa que, como estamos en democracia, todo lo que se cree en el marco de la ley de eutanasia lo pagamos entre todos. También esta comisión de marras.
Decían los que aplaudían la aprobación de la ley orgánica de la eutanasia que quienes no estuvieran de acuerdo con estas formas de benemortasia no estaban obligados a ejecutarla. Recuerdo que cuando escuché el argumento fruncí el ceño y me sentí aliviado. Pero pronto caí en la cuenta de que, aunque tu conciencia te impida aprobarla, los gobiernos no te eximen de financiarla. Entonces descubrí que ahí estaba la trampa. Tu visión de la vida desaprueba un procedimiento que tu bolsillo tiene que financiar te guste o no.
La comisión en ciernes cuenta con cofrades expertos del mundo de la sanidad y el derecho: un internista, una neuróloga, un enfermero, un psiquiatra, una funcionaria, un abogado, un profesor de Filosofía del Derecho y una profesora de Derecho Penal. Qué más se puede pedir. Sanitarios y juristas serán los encargados de certificar que ya ha llegado tu hora y de ayudarte a morir si no eres capaz de hacerlo por ti mismo. Pero tranquilo, en esta hermandad no hay ningún político.