Recordaba estos días una magnífica novela, El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez. Cuando la leí, me encantaron la sonoridad intensa de sus palabras, la descripción de los personajes y la sensualidad de la historia de amor. «Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados». Magnífico inicio para la historia de un fantasma que regresa persiguiendo a la mujer a quien juró amar por siempre.
Los títulos suelen ser un buen anzuelo para atrapar a los lectores: sintetizan algún aspecto esencial de la novela. Sugieren, animan a la lectura, atraen… Quizás por ello son tan difíciles de encontrar. No abundan los buenos títulos por las viñas del Señor.
Entonces se me ocurrió un título para un libro que aún está por escribir y que quizás nadie escriba nunca. Sería algo así como: El amor en tiempos de pandemia. Aunque se trataba de un plagio (plagiar a García Márquez debería ser bien valorado), inmediatamente me pregunté cuántas historias de amor surgieron, se mantuvieron sólidas o se perdieron durante este periodo de desconcierto y dolor que nos ha tocado vivir.
¿Cómo ha sido el amor en tiempos de pandemia? Supongo que a veces inseguro e incierto. Tras los meses de confinamiento, en los que tantas parejas se vieron obligadas a mirarse a los ojos, a conversar y a convivir, parece ser que se dispararon los casos de divorcios. Muchas parejas veían pasar la vida, encontrándose de vez en cuando, hasta que la misma vida les puso frente a frente en un único espacio. No era posible huir ni esconderse del otro. Todas las miserias, cada uno de los desencuentros, se evidenciaron. Otras parejas salieron reforzadas de la experiencia. Construyeron juntos un refugio que les salvó del miedo. Puede que algunas parejas se formaran a raíz de las circunstancias que rodearon esos tiempos tristes que nos ha tocado vivir. Historias que el azar hizo surgir de la incertidumbre y que sería magnífico explicar.
Algún día alguien escribirá esos relatos porque el amor sigue siendo un gran tema literario y porque escribir sobre las pasiones humanas nos alimenta, incluso si esos sentimientos surgen en tiempos convulsos.