El Govern ha decidido, sentado cómodamente en sus poltronas y totalmente alejado de la realidad, que el colectivo de personas de entre 60 y 69 años o, lo que es lo mismo, los nacidos entre 1952 y 1961, soliciten cita para vacunarse a través de la web habilitada para tal fin, como si todos los comprendidos en esa franja de edad tuviesen teléfonos inteligentes, manejasen internet y se moviesen por las redes sociales, cuando la realidad es completamente diferente.
Conozco a muchos que rechazan las nuevas tecnologías, que utilizan teléfonos con teclado y son incapaces de entrar en una página y rellenar un formulario; es más, los hay que carecen hasta de correo electrónico, por lo que han sido marginados por la consellera de Salut, Patricia Gómez, quien, para mitigar el desastre, ha optado por dejar el ‘marrón' en manos de las farmacias.
Y digo yo, ¿dónde están los encargados de citar por teléfono hasta hace poco? ¿Quién realiza el cuestionario de salud? ¿A quién se le pueden exponer las dudas en el momento de la cita? Absolutamente a nadie.