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Izquierdismo no practicante

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Al final se lleva el premio el que ha sabido aguantar más, el que ha apurado hasta el mismo límite. Mariano Rajoy. Genial. Brillante. Diez meses sin negociar nada, sin ofrecer nada, sin moverse nada, sin decir nada, sin nada más que nada le han servido para descolocar total y absolutamente a Ciudadanos, Podemos y PSOE y hacerse investir presidente. Tendrá que ser objeto de estudio por parte de sesudos académicos politólogos. Mismamente los dirigentes de Podemos, que lo son todos y ni con esto les ha servido para batir al cínico y mordaz gallego.

Recordemos qué pasaba hace diez meses. Ciudadanos chuleaba al PP y advertía que Mariano Rajoy era el pasado (¡qué sagacidad!). Podemos se atribuía ministerios por un tubo y se choteaba de los derrotados, el PP (¡qué perspicacia!). El PSOE daba lecciones a diestro y siniestro y su ungido nos alumbraba la Nueva Era (¡qué adivino!). Hoy el partido de Albert Rivera no tiene más horizonte que no desaparecer próximamente y se ha entregado en cuerpo y alma al partido al que tenía que sustituir. El de Pablo Iglesias rezaba -es un decir- para que el PSOE hiciera presidente a Rajoy, no fuera que de veras se convocara otra vez a urnas, que tras el palo recibido en junio ha aprendido que las elecciones las carga el diablo, y que éste es tan de derechas como dios. Y el de... ¿de quién?, bueno pongamos que el de Susana Díaz no ha aprendido nada y sigue sin nada entender de todo lo que le pasa, que es mucho y malo y que queda bien resumido en que entre marzo y octubre, en sólo siete meses, ha transitado de tener a mano el gobierno a estar condenado a la oposición por mucho tiempo como siga haciendo el tonto como hasta ahora: más inútil imposible.

Esta izquierda nuestra es magnífica. Prefiere liquidarse entre sí y dar el poder a la derecha antes que pactar entre ella. Es verdad que siempre ha sido más o menos así. Pero hasta la fecha nunca se había evidenciado tan a las claras.

Como decía no sé quién, no es extraño que crezca tanto el número de izquierdistas no practicantes. Cualquiera practica, con esta gente.

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