Todos los grupos parlamentarios baleares acordaron la semana pasada que a los hoteleros no les afecten las normas y leyes urbanísticas que sí afectan sin embargo al resto de empresarios y ciudadanos. Hasta ahora sabíamos que todos los gobiernos regionales –con la excepción del gobierno del Pacto de Progreso: 1999-2003- se arrodillaban ante unos pocos hoteleros. Desde la semana pasada ya sabemos que la genuflexión se amplía al Parlamento y a todos los grupos. Dicen que así se lucha mejor contra la crisis. ¿Por qué entonces no hacen lo propio con el resto de empresarios? ¿Por qué, puestos a desreglar, no derogan normas y leyes laborales y así pareceríamos China? La izquierda, PSOE i los Blocs, se ha comportado de una forma indigna. Creo que está sonada desde el golpe que le dio Zapatero. No sólo hace poco en las instituciones que gobierna sino que, encima, sigue la senda de la derecha al permitir que en política hotelera quien de veras gobierne sean unos pocos hoteleros, los más poderosos. ¿Para qué las elecciones, entonces?
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