Durante su discurso de clausura en la Conferencia Política del PP balear, Marga Prohens corroboró que el Govern ha decidido quebrar la línea de tibieza que había imperado durante los últimos años y señalar a la inmigración irregular como un problema grave para la ciudadanía. La decisión de los ‘populares’ se ajusta a la intuición de su presidenta para conectar con la calle, pero estas nuevas coordenadas también entrañan ciertos riesgos.
Estrategia política
No es casual que días atrás varios alcaldes ‘populares’ reclamaran soluciones y ayuda para hacer frente a la masiva llegada de pateras a sus municipios. O que la propia Catalina Cirer advirtiera que Balears podría tener en unos años el mismo problema que Canarias. Aunque el vaticinio de la consellera d’Afers Socials tenga escasa consistencia, si se enmarca dentro de la nueva estrategia política del Partido Popular. De hecho, hablar de migración irregular es señalar directamente al Gobierno de Pedro Sánchez, que es la única administración que realmente tiene competencias.
El debate público
Prohens aludió a una reciente estudio demoscópico para advertir que la llegada irregular de personas a las Islas preocupa de forma especial a la ciudadanía y su mensaje fue más contundente de lo habitual: «Esto ya es un problema grave. No hay que engañar a los ciudadanos y hablar un lenguaje distinto. Lo que estamos viviendo en estas Islas no puede ser. Y yo no puedo mirar hacia otro lado», advirtió la líder ‘popular’ ante sus afiliados y la plana mayor del Govern.
El debate sobre la migración, que hasta ahora parecía ser patrimonio de la ultra derecha europea, posiciona al PP en un tema que forma parte del debate público y también lo libera de ciertos prejuicios, pero siempre deben fijarse unos límites. El léxico importa. La migración también es sinónimo de emergencia humanitaria.