Los exámenes de selectividad penalizarán más las faltas de ortografía en la asignatura de Castellano que en la de Català, según ha trascendido en la nueva PAU (Proves d’Accés a la Universitat). Había muchas incógnitas por despejar en esta polémica prueba, que estrena formato, y no hace mucho hasta 3.915 alumnos de tercero y cuarto de ESO, Bachillerato y FP de Balears secundaron la huelga estatal convocada por Sindicato de Estudiantes para exigir al Gobierno que se dieran a conocer los modelos de la nueva selectividad. Otra queja de los alumnos es que querían unificar criterios y no que cada comunidad, a través de su área de Educación, «dijera una cosa y la otra, lo contrario». El Govern recordó ayer, a través de un comunicado, que las pruebas tendrán un diseño competencial que, según señalaron, permitirá comprobar si el alumno ha alcanzado las competencias específicas de cada asignatura. No obstante, permitir más errores ortográficos en un examen de Català que en uno de Castellano parece trascender de cualquier criterio competencial. Más bien se trata de un agravio que vuelve a poner en duda el afecto del PP con la lengua catalana.
Consenso histórico.
No hay que olvidar que el consenso histórico marcado por el Estatut d’Autonomia, que define el catalán como lengua propia de la Comunidad, y por la aprobación en 1986 de la Ley de Normalización Lingüística, que vela especialmente por su protección y que impulsó Gabriel Cañellas, con el respaldo de todos los grupos, está en peligro por el indisimulado ímpetu de Vox.
Retroceso del catalán.
En cualquier caso, el cambio en la penalización por faltas de ortografía no deja de ser otro paso atrás en la protección del idioma y un evidente menosprecio en un momento delicado. El catalán, de hecho, se encuentra en claro retroceso en Balears y es necesario adoptar políticas para su protección.