El viernes la Guardia Civil, en colaboración con la Policía alemana, llevó a cabo en el Llevant una gran operación contra el blanqueo internacional de capitales. El objetivo del operativo era un empresario y hotelero alemán, afincado desde hace años en la Isla, en donde se había refugiado tras ser investigado por evasión y fraude fiscal en su país. El sospechoso se dedicó, según consta en el sumario, a la compra de fincas, casas y negocios en Mallorca, para blanquear todo aquel dinero negro que había amasado. Incluso dirigía en la Isla un hotel de cuatro estrellas, donde curiosamente se instaba a los clientes a que pagaran siempre en metálico, para que no se pudieran rastrear los pagos con tarjetas. Lo más preocupante del caso es que cada vez más fugitivos internacionales se refugian en Mallorca, donde tratan de pasar desapercibidos mientras lavan su fortuna.
Potenciar las investigaciones
Por este motivo, es fundamental que el Gobierno potencie los grupos policiales dedicados a combatir estas mafias internacionales, tanto de la Guardia Civil como de la Policía Nacional. Y la única forma es reforzando estos equipos con más medios humanos y técnicos, al tiempo que son formados en materia de evasión de impuestos y fraude fiscal. Los sumarios deben quedar bien atados para confirmar los delitos y que los jueces puedan dictar sentencia severas para los defraudadores fugitivos.
Espaldarazo judicial
En Mallorca se han producido en los últimos años sonadas operaciones (como por ejemplo la detención de un supuesto capo albano-kosovar que luego quedó en libertad y sigue residiendo aquí) que no han prosperado, judicialmente hablando, como se esperaba y han acabado en sonados fracasos policiales. No se puede dar la impresión de que las investigaciones son frágiles. Sería enviar un mensaje erróneo y un efecto llamada a otros estafadores.