El pavoroso incendio del edificio de Valencia se ha saldado con nueve muertos –entre ellos una familia formada por los padres, un niño de tres años y una recién nacida– y quince heridos. La secuencia de aquellas viviendas convertidas en una tea, auténticas moles en llamas, ha causado conmoción y muchas preguntas. La principal, sin embargo, es cómo pudo propagarse el incendio a tal velocidad. Una hipótesis es que el viento que soplaba en esos momentos fue determinante, pero también parece que algún material usado para revestir las paredes (el polietileno) era altamente combustibles. Fbex, la promotora del bloque calcinado en Valencia, anunció años atrás promociones en Mallorca y Menorca, «con materiales innovadores». En la barriada palmesana de Son Rapinya hay uno de estos residenciales, pero no se sabe si usaron el mismo material que en Valencia. Por tanto, hay que ser prudentes, pero sería recomendable que los técnicos confirmaran este extremo.
Construcciones nuevas.
En la tragedia de Valencia llama poderosamente la atención que se trata de promociones relativamente nuevas y de alto standing, lo que en principio debería traducirse en el uso de materiales más seguros y sostenibles. No obstante, no ha sido así. El proyecto, en cambio, pasó todos los filtros urbanísticos de aquella ciudad y obtuvo las licencias necesarias para su posterior comercialización y venta.
Concurso de acreedores.
Es importante destacar que la promotora Fbex presentó concurso de acreedores en un juzgado mercantil de Barcelona en 2010, con una deuda de 640 millones de euros con distintas entidades financieras, entre ellas la mallorquina sa Nostra. Antes, en plena fiebre del ladrillo, Fbex llegó a tener 65 promociones en marcha, en Valencia, Murcia y Baleares. La responsabilidad de la extinta empresa en la tragedia deberá definirla la justicia, si bien es cierto que los materiales que se utilizaron en Valencia estaban permitidos en aquellos años, pero a partir de 2017 quedó totalmente prohibido en el Código Técnico de la Edificación.