Baleares es la comunidad con más ninis. Es decir, los jóvenes que ni estudian ni trabajan. Se trata de un dato muy negativo y que evidencia el negro panorama que se ha instalado en el mercado laboral, sobre todo cuando hablamos de los más jóvenes. Que un 16 % de estos chicos y chicas no encuentren ninguna motivación estudiantil o laboral debería hacernos reflexionar sobre un problema que tiene una difícil solución. Los jóvenes se encuentran con unas condiciones de trabajo que no son las que esperaban, normalmente con sueldos bajos, lo que no les motiva. Por otro lado, son también conscientes de que muchas carreras apenas tienen salida y que invertir en ella cuatro años como mínimo no garantiza, a su conclusión, un puesto de trabajo.
La tasa de emancipación
No es el único problema con el que se encuentran los jóvenes de Baleares. La crisis habitacional, con alquileres por las nubes y casas que se venden por precios desorbitados, solo contribuyen a empeorar su situación, de ahí que la tasa de emancipación haya caído en picado en los últimos años. Nuestra juventud se va cada vez más tarde de casa porque la única forma que tienen de poder hacer frente a todos los gastos es conviviendo con sus padres o abuelos. Algo impensable hace veinte años, cuando todavía era posible firmar una hipoteca o un alquiler, sin el riesgo de ahogarse.
Falta de personal cualificado
Y para complicar todavía más este panorama, nos encontramos con que muchas empresas y comercios de las Islas padecen una acuciante falta de personal cualificado. Faltan profesionales en muchísimos sectores, lo que pone en riesgo la calidad del producto final. Tampoco llega mucha mano de obra de la Península o incluso del extranjero porque el precio de la vida es disparatado, especialmente en Mallorca y Eivissa. El problema es tan grave que afecta, incluso, a la seguridad pública, tan vital en un Archipiélago: ni policías ni guardias civiles eligen Balears como un destino apetecible.