Este pasado fin de semana se produjo un importante robo en la casa de un empresario de Palma, de donde los ladrones sustrajeron 250.000 euros en efectivo y joyas de gran valor. No se trata del primer asalto en la vivienda de industriales adinerados de la Isla y lo más preocupante es que los delincuentes tenían vigilada a la familia y entraron cuando sabían que no había nadie en el interior. De un tiempo a esta parte, la inseguridad está aumentando de forma inquietante en distintos barrios de Palma. En la lujosa y exclusiva urbanización de Son Vida, por ejemplo, son muchos los asaltos denunciados en los últimos años, algunos con el empleo de la violencia por parte de los intrusos. En muchos de los casos, al margen del importe económico del robo, a las víctimas les atormenta el hurto de las joyas, que tienen un gran valor sentimental, incluso son herencias cuya sustitución es irreparable.
Contundencia policial.
Ante este panorama, pues, la contundencia policial se presenta imprescindible para controlar esta oleada de delincuencia. La labor de la Policía Nacional, en Palma y Manacor, y de la Guardia Civil, en la Part Forana, es del todo encomiable, pero en ocasiones los Cuerpos policiales no cuentan con los medios humanos y técnicos necesarios para hacer frente a este tipo de situaciones. La vigilancia nocturna es clave para controlar las calles y barriadas de Ciutat, pero muchas veces no hay patrullas suficientes y los delincuentes disfrutan de una excesiva ventaja.
Condenas judiciales.
Y no solo hace falta una acción policial a la altura de las circunstancias, sino que después, cuando los implicados son detenidos y juzgados, los magistrados se deben mostrar contundentes, sobre todo con los hampones reincidentes, que son la mayoría. No es ningún secreto que un gran número de ladrones quedan en libertad tras ser arrestados por la policía o la Benemérita y ser presentados en el juzgado de guardia, a pesar de que acumulan un historial delictivo escandaloso.