Francina Armengol es la nueva presidenta del Congreso de los Diputados. La candidatura de la política socialista obtuvo finalmente el apoyo de Junts y logró la mayoría absoluta (178 votos) para liderar la Cámara Baja. Vestida de blanco y exhibiendo su habitual sonrisa, la mallorquina tomó la palabra convertida en la tercera autoridad del Estado, una conquista inédita hasta ahora para una mujer nacida en Balears.
El primer hito de la izquierda.
Armengol interpretó su guion desde el primer minuto. Pedro Sánchez la eligió para tender puentes con el nacionalimo y el independentismo e intentar reeditar el Gobierno de coalición. En este sentido, la izquierda logró su primer hito. Eso sí, con una buena dosis de intriga. Junts, el socio más duro para Sánchez, no se definió hasta unos pocos minutos antes de las nueve de la mañana. Después de la votación y Armengol acomodada en el centro del hemiciclo, la mallorquina anunció que «desde este momento» permitirá el empleo del catalán, el gallego y el euskera. «Defender la democracia parlamentaria, y eso es lo que nos corresponde a todos nosotros, es preservar y respetar la diversidad que convive en nuestro país y que las urnas han llevado hasta aquí», señaló.
Una España plural y diversa.
La defensa de una España plural y diversa centró gran parte del discurso de Armengol, una realidad que se proyectó en las últimas elecciones generales y que suele colisionar con posiciones monolíticas que ocultan la realidad del país. Con la mallorquina entronada, Sánchez ha dado un paso al frente en su carrera hacia la presidencia, aunque todavía le queda un buen trecho del camino por recorrer, entre otras cosas, porque Junts no ha tardado demasiado en reafirmar su «desconfianza» en el PSOE y dejar claro que su acuerdo se ha limitado a la Mesa de la Cámara, pero que aún no se ha hablado de la posible investidura de Pedro Sánchez.