La insuficiente dotación de examinadores por parte de la Dirección General de Tráfico está provocando serias dificultades a las empresas del transporte en las Islas. Así, el colapso administrativo impide obtener el correspondiente permiso a centenares de aspirantes a conductor para atender la demanda. Las flotas de autocares y camiones en Baleares quedan infrautilizadas por la falta de profesionales como consecuencia de una demora, ya crónica, en cubrir las plantillas de la DGT, cuyo déficit se estima en un mínimo de 40 examinadores para poder aliviar la actual acumulación de alumnos de autoescuelas pendientes de superar las pruebas de habilitación para la conducción de este tipo de vehículos.
Un problema grave e insólito.
Las patronales vinculadas al transporte discrecional y de mercancías denuncian la dramática situación en la que se encuentran como consecuencia del pésimo servicio de la DGT por la falta de examinadores, circunstancia que obliga a tener paralizados los vehículos debido a los lógicos y exigentes controles sobre los conductores. La situación es un claro ejemplo de dejadez e irresponsabilidad por parte de un departamento cuya gestión depende en exclusiva de la Administración central, y que, por desgracia, afecta también a los usuarios particulares. Las empresas se encuentran en un callejón sin salida, imposibilitados de reclamar las pérdidas que se ocasionan, mientras la calidad del transporte se resiente de cara a sus clientes.
Medidas urgentes.
La obtención del carné de conducir no es una cuestión menor, en especial cuando está vinculado al ejercicio profesional de su titular. El actual escenario actual es desde todo punto de vista insostenible y desde la Delegación del Gobierno y las instituciones autonómicas se tienen que realizar las gestiones precisas para resolver el conflicto con urgencia, es el conjunto de la economía balear la que se resiente por la mala gestión de un servicio público.