El atropello mortal en la madrugada del pasado viernes, cuando un coche patrulla de la Policía Local de Palma invadió la acera del Passeig Sagrera, merece ser investigado con total pulcritud e independencia. En este sentido, la decisión de que sea la Guardia Civil la que instruya el correspondiente atestado evita posibles suspicacias sobre las eventuales responsabilidades en tan desgraciado suceso. En este sentido cabe destacar la transparencia con la que abordó desde el primer momento este desafortunado episodio el propio Ajuntament palmesano, cuyos responsables han tratado en todo momento de arropar a las víctimas –dos personas más resultaron heridas de gravedad–, además de ofrecer las pertinentes explicaciones e hipótesis sobre lo ocurrido.
Imparcialidad garantizada
La asunción por parte de la Guardia Civil de la confección del informe sobre todos los detalles relacionados con el accidente en el que estuvo involucrado la dotación del vehículo policial es, sin duda, un plus sobre su imparcialidad. Se trata, en definitiva, de evitar cualquier sombra de duda en toda la tramitación judicial de este asunto; aspecto que podía quedar en entredicho si hubiera quedado en manos de sus propios compañeros. En circunstancias como ésta siempre es preferible no dar pie a posibles interpretaciones interesadas o maliciosas de las que el propio cuerpo de la Policía Local es el principal perjudicado.
Aclarar lo ocurrido
Son muchos todavía los detalles que quedan por esclarecer en este accidente, el cual se atribuye en principio a la pérdida de control del vehículo –que según se informó acudía a una emergencia– a causa del piso mojado. Un trabajador italiano, Mario Decandia, perdió la vida y dos compañeros del mismo restaurante resultaron heridos. Ellos, sus familiares y el colectivo de la Policía Local necesitan y deben saber qué ocurrió en el Passeig Sagrera aquella fatídica madrugada.