Un incremento de hasta el 29 por ciento en un solo año en el mercado inmobiliario de lujo en Mallorca da cuenta de la pujanza de un segmento que profundiza en su exclusividad, las oportunidades se alejan de las posibilidades de la demanda local o nacional. La tendencia, lejos de estabilizarse, por disponer de una vivienda en propiedad en la Isla corre paralela a la evolución al alza de los precios en los países de origen –en especial Alemania–; la escasez de oferta asequible desvía las inversiones hacia otros enclaves y generan una dinámica que acaba acotando el acceso y la disponibilidad de las residencias de máximo nivel.
Precio y accesibilidad
Este fenómeno, que en Baleares está lejos de considerarse en declive, está alentado por varios factores esenciales. Al margen del atractivo del clima y del paisaje, Mallorca y Eivissa –Menorca quizá en menor medida– gozan de dos factores añadidos: precios más atractivos y una excelente conectividad aérea con los principales países europeos. Las grandes casas de lujo en la Isla son todavía más baratas que una oferta similar en las grandes capitales, un diferencial que acaba siendo determinante para explicar un fenómeno –al que hay que sumar los países nórdicos– que también afecta a los residentes ya que es inaccesible por el enorme diferencial de poder adquisitivo.
Un debate social
En los últimos tiempos han salido a la luz diversas propuestas –algunas desde integrantes del Colegio de Arquitectos– encaminadas a vetar este tipo de operaciones inmobiliarias, las cuales tratan de recoger una innegable inquietud por parte de determinados grupos y colectivos. Las soluciones políticas no resultan sencillas, toda vez que topan con las normativas europeas que propician la libre circulación de bienes y personas. Lo cierto es que es preciso abordar cuanto antes este proceso y sus consecuencias en el conjunto de Baleares.