La profunda crisis en la que se encuentra sumida la dirección estatal del Partido Popular también tiene sus consecuencias regionales en Baleares, aunque su presidenta Marga Prohens, trata de mantener cierta distancia con respecto a unos acontecimientos que precipitan a medida que avanzan las horas. Este martes se produjo la dimisión del secretario general, Teodoro García Egea, prólogo de la que se considera inevitable del presidente nacional, Pablo Casado. Todo indica que ya se están pactando las condiciones de su retirada, ineludible atendiendo a la absoluta soledad en la que se encuentra frente a la embestida de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y el golpe de gracia del presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo; la figura que se perfila como nuevo líder nacional de los conservadores.
Prohens pide perdón.
La presidenta balear del PP, muy vinculada a la dirección estatal, ha captado de inmediato la pérdida de apoyos internos del todavía presidente Pablo Casado, y lo que todavía es más importante, su nulo peso político ante el electorado de las Islas. Desde la sede de Palau Reial se ha marcado de inmediato distancia con el caos de Madrid para evitar verse salpicados por una batalla que sólo podrá neutralizar el congreso extraordinario. En esta ocasión Baleares no se libra del deterioro del PP ante sus militantes y simpatizantes ante los que Marga Prohens ha pedido disculpas por el espectáculo que ofrece el partido, un modo de aceptar la gravedad de sus consecuencias políticas.
Momentos de incertidumbre.
Balears, y en especial Prohens, mantenía una posición de cierto privilegio en el entorno de la hasta ahora cúpula del PP nacional, circunstancia sobre la que se abre un período de incerteza hasta el futuro congreso. El escenario es mucho más complejo que hace apenas unas semanas, la recuperación obliga a evitar errores, por pequeños que sean.