La Orquestra Simfònica es un componente altamente distintivo de la realidad cultural de Baleares. La calidad de sus integrantes y repertorios está a la altura de las mejores formaciones musicales del mundo. Reconocida dentro y fuera del Archipiélago, la Simfònica define a Balears como una sociedad bien estructurada, porque no existe civilización sin respeto por la cultura y devoción por el conocimiento. Es importante hacer esta apreciación, porque José Ramón Bauzá planteó en 2012 liquidar la Simfònica para recortar gastos. La respuesta de la sociedad civil y de los propios componentes de la orquesta fue tan contundente, que el peor presidente de la historia de Balears se vio forzado a dar marcha atrás.
Una época dorada.
La Orquestra Simfònica fue creada en 1988 bajo el liderazgo de otro presidente del Partido Popular, Gabriel Cañellas, con el apoyo del Ajuntament de Palma y el Consell. Desde entonces no han sido años fáciles para la gerencia ni para la dirección. Las necesidades económicas de una entidad como ésta son incesantes y acuciantes, y la Simfònica siempre ha ido muy justa de dinero. También ha habido cambios traumáticos en la dirección, algo posible en una institución tan compleja y difícil de manejar como ésta. Pero lo cierto es que desde 2014, cuando entró Pablo Mielgo en plena tormenta de Bauzá, la Simfònica que se daba por desahuciada logró una estabilidad y un reconocimiento del que no había gozado hasta entonces.
Al fin una sede propia.
Este 3 de agosto fue un día importante para la Simfònica porque se puso la primera piedra del edificio destinado a albergar a los músicos, que nunca han contado con una sede propia para sus ensayos. La Caja de Música se construye con la aportación de Fundatur, la fundación de los empresarios mallorquines que aportaron fondos para que don Juan Carlos pudiera construirse un yate a medida. Con el remanente de aquel desvarío, más las aportaciones de la Fundación Kühne y de las instituciones, la Simfònica abrirá en dos años un nuevo capítulo de su existencia que honrará a toda la sociedad balear.