Entramos en una semana decisiva para la temporada turística de Baleares, porque el jueves el Gobierno de Boris Johnson dará a conocer los semáforos con los que marca el nivel de riesgo de cada país por la COVID. Las restricciones entrarán en vigor a las 4 de la madrugada del 9 de agosto. El 14 de julio Inglaterra volvió a incluir a Balears en la lista ámbar, menos de un mes de haber recibido el semáforo verde. A pesar de esta medida, los turistas vacunados con la pauta completa y los menores no inmunizados no han guardado cuarentena, desde el 19 de julio, al regresar a territorio inglés. El impacto de aquel paso atrás ha sido reducido porque más del 66 por ciento de los ciudadanos del Reino Unido había sido vacunado. Ahora la revisión del semáforo inglés causa inquietud por el incremento de la incidencia acumulada en las Islas y por el aumento de la presión hospitalaria.
Aumento de contagios.
Las medidas a aplicar son objeto de debate en el Gobierno de Gran Bretaña, que fijará los criterios para los viajes turísticos hacia España, Italia y Grecia. Según la consellera Patricia Gómez, Mallorca registra una incidencia acumulada de 923 casos por cada 100.000 habitantes; Menorca, con 798 casos, sigue a la baja; mientras que en Ibiza, con 1.750 casos, y Formentera, con 870, no se observan signos de desaceleración. Este aumento de los contagios está siendo analizado en Londres, que el jueves decidirá si adopta restricciones más severas.
Inmunidad de grupo.
En este contexto de incertidumbre desempeña un papel clave el embajador de Gran Bretaña en España, Hugh Elliott, que sigue al minuto la situación de Baleares. Su opinión será valorada en Londres, junto con los informes de los asesores sanitarios del Gobierno británico, que advierten sobre la virulencia y rapidez con que se transmite la cepa Delta, junto con la variante sudafricana (Beta), lo que sitúa la inmunidad de grupo en el 90 por ciento de la población.