El PSOE vive sus horas más bajas. La última entrega del sondeo electoral realizado por DYM confirma el desplome socialista en favor de la derecha, en concreto de PP y Vox, que podrían alcanzar la mayoría absoluta en el caso de una convocatoria inmediata a Cortes. No es el caso, pero el trabajo demoscópico confirma un cambio radical de tendencia que la formación que lidera Pedro Sánchez tiene cada vez más difícil remontar. Esta tendencia, acentuada tras la victoria en la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso, requiere de algún golpe de efecto para salir de esta dinámica; una circunstancia cada vez más complicada.
PP y Vox, la mayoría absoluta.
Atendiendo a los resultados del trabajo de DYM, en estos momentos, la suma de escaños del PP y Vox concedería a ambas formaciones la mayoría absoluta en el Congreso. Este escenario era impensables hace sólo unos meses, dato que revela la volatilidad de un sector importante del electorado. Tampoco se puede obviar el hecho de que los conservadores acaparan buena parte del capital electoral de Ciudadanos, que según la encuesta queda con una representación testimonial. La derecha más radical, Vox, también consigue un importante avance electoral. De todos modos, mantener esta tensión entre militantes y simpatizantes durante mucho tiempo no es una tarea sencilla.
Apuesta arriesgada.
Sánchez encara la legislatura con importantes riesgos políticos, vinculados a los indultos de los independentistas catalanas y la solución del conflicto, una apuesta que requiere tiempo para tratar de lograr rédito electoral. En esta coyuntura, por tanto, no cabe suponer un adelanto electoral como se trata de presionar desde determinados cenáculos; la alianza de PSOE y Unidas Podemos en el Gobierno no da síntomas de resquebrajarse a corto plazo. Gestionar esta situación es el gran reto que tiene por delante el PSOE y sus dirigentes.