El director del aeropuerto de Son Sant Joan, Tomás Melgar, ha confirmado, en declaraciones a este diario, una recuperación casi exponencial del tráfico aéreo durante las próximas semanas. Con un ritmo superior al previsto, la llegada de turistas a la Isla mantiene una evolución creciente a la espera, todavía, de la apertura definitiva del mercado británico. La temporada ha iniciado su carrera de despegue con el claro objetivo de dejar atrás, y cuanto antes, la pesadilla social y económica que genera la pandemia; un esquema en el que el papel de Son Sant Joan es clave para asegurarse el éxito.
Control sanitario.
El propio Melgar admite que durante meses el aeropuerto ha ofrecido una imagen insólita de desolación, el reflejo inequívoco de la situación en la que se encontraba la Isla. La parálisis de meses atrás contrasta con una reactivación casi inmediata de vuelos, tanto nacionales como internacionales. Este envidiable nuevo escenario, que confirma el repunte económico de Mallorca, no puede dejar de lado uno de los aspectos esenciales: el control sanitario. La condición de isla no ofrece la posibilidad de mantener bajo vigilancia las dos puertas que nos conectan con el exterior, el puerto y el aeropuerto. El director de Son Sant Joan destaca en sus declaraciones la eficacia de la labor que realizan en las instalaciones aeroportuarias tanto Sanidad Exterior, como la Conselleria de Salut.
Temporada decisiva.
Mallorca, al igual que el resto de Baleares, es mucho lo que tiene en juego en esta temporada turística. Cualquier desliz puede hacer fracasar unos comienzos que invitan al optimismo, por eso es tan esencial que la principal puerta de entrada, el aeropuerto de Son Sant Joan, mantenga su elevados índices de calidad y eficiencia –muchos aeropuertos del mundo estudian sus protocolos– a pesar de su enorme tráfico de turistas. La cuestión pendiente continúa siendo el papel de las instituciones autonómicas en su gestión.