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Editorial

Unos premios incontestables

| Oviedo |

El elenco de galardonados en la presente edición de los Premios Príncipe de Asturias, entregados ayer en Oviedo, suponen el reconocimiento explícito a un conjunto de personalidades y acontecimientos que han marcado desde el siglo XX los albores de la presente centuria. Un repaso a los méritos de los premiados no deja indiferente la presencia de los creadores de dos instrumentos tecnológicos básicos: el correo electrónico y el teléfono móvil. En apenas unas décadas, los 'inventos' de Martin Cooper y Raymond Samuel Tomlinson, ambos norteamericanos, han revolucionado la comunicación personal en todo el mundo hasta alcanzar unos niveles inimaginables, además de abrir nuevos horizontes en este campo.

El otro gran premio que se proyecta desde el siglo pasado hacia el presente es, sin duda, uno de los acontecimientos históricos que cumple ahora su veinticinco aniversario: la unificación de Alemania. La caída del Muro de Berlín permitió cerrar la herida que abrió en Europa la Segunda Guerra Mundial y que partió en el mundo en dos bloques políticos. La trascendencia de este instante queda patente cuando sirvió como detonante para la posterior desaparición de la Unión Soviética. El Premio Príncipe de Asturias a la Concordia, que recibió el alcalde de la capital alemana, enfatiza el valor simbólico de lo ocurrido hace cinco lustros y cuyas imágenes son ya un icono imborrable para toda una generación.

Este año, los Premios Príncipe de Asturias, que cumplen el 29º aniversario, han presentado una relación de galardonados que, en términos generales, es incontestable "quizá sea oportunista la incorporación de la Organización Mundial de la Salud en plena epidemia de la gripe A". Así se gana prestigio.

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