Los patinetes eléctricos, a los que se conoce como vehículos de movilidad personal (VMP), siguen estando de moda y, pese a los conflictos a nivel legislativo que pueden llegar a generar en las grandes urbes estos vehículos destinados a la micromovilidad, las marcas apuestan por traer sus productos más 'premium' al mercado español.
Es el caso de Segway, uno de los grandes referentes, con más de 13 millones de patinetes eléctricos vendidos en todo el mundo, que llega con su Ninebot MAX G3 para conquistar una gama alta -estamos hablando de un producto de 899 euros-, apostando por dos ejes claros: la potencia y la conectividad. Hemos podido probarlo y estas son nuestras primeras impresiones.
Lo primero que sentimos al montarnos en él es la conducción fuerte y potente, gracias al motor de 2.000W y su versatilidad, al poder moverse por entornos urbanos o por caminos de tierra, lo que resulta interesante en determinadas situaciones. Otra de las cosas que más sorprende es su capacidad para subir pendientes pronunciadas con facilidad, sin que se sienta que pierde fuerza en ningún tramo. Algo que en los tramos de carretera puede marcar la diferencia.
En lo que respecta a la conducción, cuenta con doble suspensión hidráulica delantera y doble suspensión hidráulica trasera, lo que provoca que el manejo se sienta suave, con ruedas de 11 pulgadas que aportan una buena estabilidad. El espacio para colocar los pies es amplio, por lo que la experiencia en conjunto es muy positiva. Su plegado también es bastante sencillo y puede hacerse con una sola mano.
Su modo de conducción Eco es el que nos permite el manejo más calmado y eficiente, mientras que el Sport sube el ritmo hasta los 25 kilómetros por hora, con una aceleración digna de mención, que puede hacer que el vehículo vaya dando tirones los primeros minutos hasta que vayamos tomándole el pulso. Los frenos (tanto traseros como delanteros) funcionan perfectamente y los indicadores de dirección son fáciles de accionar y útiles, así como las luces frontales y de freno para conducir de noche.
Autonomía sobresaliente
En este tipo de dispositivos otro de los aspectos que preocupa a los usuarios es la autonomía, ya que quedarse a cero en medio de un trayecto implica cargar con un bulto de casi 25 kilogramos (un muy buen peso para este tipo de patinetes, pero con el que no querríamos cargar si no es subidos en él y con la batería a pleno rendimiento).
En este sentido, Ninebot MAX G3 promete hasta 80 kilómetros de autonomía en el modo Eco y 60 kilómetros en el modo Sport. A nosotros la batería nos ha durado algo menos, aunque hay que tener en cuenta que estas mediciones de la marca están hechas a una velocidad media y constante de 15 km/hora, que en una prueba de estas características no hemos respetado. En cualquier caso, los resultados han sido muy buenos y estamos hablando de unas cifras que nos permiten no tener que 'repostar' a diario.
Dicho esto, la marca también ofrece la posibilidad de adquirir una segunda batería de 460 Wh puede ampliar la autonomía hasta 135 km (que podríamos llevar en la mochila para solventar cualquier imprevisto). Esto es algo, sin embargo, que no vemos necesario si consideramos que cuenta con una carga rápida que permite volver al 100% de batería en tres horas y media. Hay habilitada una doble entrada de carga para usar simultáneamente con un segundo cargador y reducir en una hora este tiempo, pero no hemos probado esta opción.
¿necesitamos un patinete conectado?
Por último, Segway ha querido ir un paso más allá a nivel de conectividad. En su pantalla TFT de 2,4 pulgadas podemos ver el sistema de navegación integrado, actualizaciones del estado del trayecto en tiempo real y notificaciones de llamadas entrantes. Pese a algún pequeño fallo de sincronización, las actualizaciones han funcionado bien, con un diseño atractivo y una buena visión de los indicadores incluso en situaciones de mucha luminosidad, lo que se agradece.
Dicho esto, no acabamos de sacar partido a estas funcionalidades ya que, más allá de los indicadores de velocidad o batería, creemos que el resto de elementos -a los que aún les quedan detalles por pulir- pueden despistar a los usuarios más que ayudarles en una buena y segura conducción.
En definitiva, estamos ante un producto que ataca un nicho muy específico y lo hace con armas para llamar la atención de los consumidores. La experiencia de conducción, su potencia y diseño cumplen con creces las expectativas. Como punto en contra, si tenemos en consideración que está enfocado a un publico joven -que es el mayor consumidor de este tipo de dispositivos en nuestro país-, puede que el precio resulte muy elevado (899 euros), aunque por prestaciones podamos coincidir en que 'lo vale'.