Microsoft ha acusado a Sony y Activision Blizzard de haber formalizado un acuerdo que impediría la llegada de las entregas de Call Of Duty a su servicio de suscripción Game Pass «durante varios años».
La compañía tecnológica ha emitido una respuesta a la decisión de la Autoridad de la Competencia y los Mercados del Reino Unido (CMA), organismo encargado de investigar la compra de Activision por parte de Microsoft y aceptar o denegar la adquisición.
A principios del pasado mes de enero, Microsoft llegó a un acuerdo para hacerse con Activision Blizzard por alrededor de 60.300 millones de euros, una transacción que ha generado una constante discusión entre la tecnológica estadounidense y el fabricante japonés.
Esto se debe a que Microsoft fabrica la consola Xbox, que figura como competencia directa del producto de Sony, PlayStation. De ahí que esta firma tecnológica recele de esta compra, por temor a un posible monopolio en el ámbito 'gaming', con la franquicia Call of Duty en el centro de todo.
A lo largo de los últimos meses ha habido varios cruces de acusaciones. Por ejemplo, en agosto, Microsoft dijo que Sony había pagado por los derechos de bloqueo, que impiden a los desarrolladores incluir sus videojuegos en el servicio de Game Pass.
Más recientemente, Microsoft volvió a señalar a Sony, asegurando que el fabricante nipón había impedido la llegada de su servicio de suscripción Xbox Game Pass a la consola PlayStation.
Esta última acusación se ha producido en el marco de la segunda investigación de la CMA, que concluirá próximamente para presentar sus conclusiones el próximo 1 de marzo. También en estas circunstancias Microsoft ha emitido una respuesta a la decisión de este organismo por trasladar la revisión de la compra a una segunda fase por posibles perjuicios a su principal competidora.
En primer lugar, Microsoft asegura que "confía en que, tras una revisión en profundidad, la CMA concluirá que no hay posibilidad de que la transacción origine una disminución sustancial de la competencia en ningún mercado", tal y como puntualiza en este documento.
A continuación, la compañía asegura que planea que Call Of Duty esté disponible «para más jugadores en más formatos» y carga contra Sony recordando que «PlayStation ha sido la plataforma más grande durante más de 20 años, con una base de 150 millones de consolas, lo que la hace más grande» que la suya, Xbox.
Otro de los argumentos que Microsoft expone a favor de la luz verde de esta compra se centra en el modelo económico del que se nutre, ya que en este escrito asegura que las suscripciones en juegos múltiples "representan solo uno de los muchos modelos de monetización" de las que hace uso.
Con ello, la compañía estadounidense ha revelado que no podría llevar los videojuegos de la famosa franquicia a su suscripción debido a un acuerdo entre Activision y Sony, que restringiría la posibilidad de llevar esta saga a Game Pass «durante varios años».
Esta cláusula entre ambas empresas se mantendría a pesar de la adquisición de Activision Blizzard, y así lo habría subrayado el CEO de Microsoft Gaming y jefe de Xbox, Phil Spencer, a través de Twitter al poco de darse a conocer el anuncio de la compra.
"Tuve buenas conversaciones con los líderes de Sony esta semana. Confirmé nuestra intención de honrar todos los acuerdos exixtentes tras la adquisición de Activision Blizzard y nuestro deseo de mantener Call of Duty en PlayStation", escribió entonces el directivo.
Esta promesa también se realizó por escrito, ya que Spencer le habría enviado una carta a su homólogo de PlayStation, Jim Ryan, en la que prometió que la saga podría permanecer «muchos años más» en su consola.