Si hay una empresa que hemos visto dormirse en los laureles del señor dólar por años, muchos años, a la que se le pedía por activa y pasiva que volviese a hacer videojuegos aunque estuviese ganando millones gracias a su tienda digital donde vende los juegos de otros creo que sabemos de cual hablamos, Valve.
Está empresa es historia de los videojuegos, gracias a su primer videojuego: Half-Life, un juego que me convenció para adquirirlo pagando (en esa época la piratería era lo normal y el raro era el que pagaba) porque fue el primer videojuego que me hizo sentir ser el protagonista de una película de ciencia ficción. Después con su segunda parte, Half-Life 2, el cual cuadriplicó al original en todo nos obligó a instalar si o si una tienda digital de videojuegos para poder activarlo y jugarlo que se llamó Steam.
Todo empezó hace 22 años cuando yo tenía justamente 22 años, ahora Half-Life ha vuelto y para sorpresa de muchos lo ha vuelto a hacer, ha revolucionado el mundo de los videojuegos.
Half-Life Alyx ha llegado para demostrar el camino que han de seguir los videojuegos, el siguiente paso que nuestro ocio debe tomar para no convertirse en un producto vintage, ese paso se llama realidad virtual, un paso que nos permite cruzar nuestras pantallas y meternos dentro de mundos tan reales o tan imaginarios como quieran sus creadores.
Llevo un par de años jugando a juegos de RV y puedo afirmar que no hay ninguno que me haya sorprendido tanto como este, sobre todo por su calidad gráfica, es tan brutal, tan perfeccionista, que solo puedo decir dos cosas sobre este apartado: la primera que no me explico como lo han conseguido, y la segunda, acaban de dejar a todos los desarrolladores de videojuegos de realidad virtual como meros aficionados de informática de colegio de primaria.
Me pasado la primera hora mirándolo todo como si hubiese estado ciego toda mi vida hasta el día de hoy, cogiendo todo lo que podía y acercármelo para apreciar el nivel tan loco de detalles que han hecho, comprobar que no eran meros objetos 3D inertes e indestructibles, puedes cogerlos casi todos y romperlos en la gran mayoría de casos o incluso aplastarlos con tus manos como son las latas de aluminio de beber que al cogerlas si aprietas las estrujas como hacemos normalmente en la vida real.
Tras esto me pongo manos a la historia y tomó el papel de Alyx, científica e hija de un padre científico también que pasados unos años serán los que lideren la resistencia a la invasión alienígena que provocó Gordon Freeman y que con tan solo siete horas conquistó el planeta entero. Mi misión es la de rescatar a mi padre detenido por las fuerzas de la Alianza y para eso voy a correr una aventura increíble y peligrosa.
Tras esta breve sinopsis de la historia volvamos a lo técnico, el sonido, alucinante y a la altura de un juego AAAVR (triple A en VR, me lo acabo de inventar sino es que ya estaba) sobre todo el sonido ambiental y los momentos donde la banda sonora, que es mínima pero que cuando hace acto de presencia se te hiela la sangre son para quitarse el sombrero. Por supuesto hay efectos de sonido que nos retrotrae a nuestra juventud cuando jugamos en 1998 por primera vez al Half-Life y que como una abuela cuando ve a su nieto no dudaremos en soltar algún “¡Oooh!”
En definitiva y para cerrar el tema, Valve a puesto el listón de como deben y qué calidad han de tener los juegos en VR, ha trazado la línea de lo que ha de ser un AAAVR, y atentos al dato: Alyx está desarrollado con el Source 2, un motor gráfico lanzado en 2015.