A sus 73 años, Colin Campbell no solo sigue pedaleando, sino que lo hace con el entusiasmo de quien celebra la vida a cada kilómetro. Este martes llegó al puerto de Palma en ferry procedente de Valencia, culminando una ruta ciclista de más de 1.000 kilómetros que comenzó el 10 de abril en Santander. «Quería llegar a Mallorca de una forma distinta este año», comenta con entusiasmo.

Colin, originario de Inglaterra, no es un desconocido en la isla. Su vínculo con Mallorca comenzó en los años noventa cuando vino por primera vez a escalar. Desde entonces, ha vuelto una y otra vez, primero por sus montañas, luego por sus caminos rurales, y más recientemente, para recorrerlos en bicicleta de gravel junto a su amiga Catherine.
Durante su travesía por la Vía Verde Santander-Mediterráneo, ha vivido lo que él describe como «aventuras encantadoras» y se ha encontrado con personas «amables y generosas» que le han mostrado una España distinta, de pueblos tranquilos y paisajes sorprendentes. Aunque planeaba un día de descanso en Valencia antes de embarcar hacia Palma, el inesperado apagón que asoló a toda la Península le obligó a improvisar: «Pasé el día al sol, comiendo sándwiches y bebiendo cerveza».
Ahora se aloja en sa Pobla, donde ha sido recibido con la celebración local de Sant Jordi. Allí ha disfrutado de una comida al aire libre rodeado del bullicio escolar. Su estancia en Mallorca incluirá visitas a su amiga Eloise, que vive en Palma debido a que se enamoró de Ramón, un mallorquín; y a amigos cercanos en Mancor de la Vall. Todo ello como preámbulo a un momento muy especial: su 74 cumpleaños, que celebrará el próximo 2 de mayo, como no podía ser de otra manera, sobre dos ruedas y bajo el sol mallorquín.
Cada vez que uno de estos habla de lo "maravillosa que es Mallorca" sube el pan...para los residentes.