Relevo en la Iglesia Católica

Sor Geneviève Jeanningros, la monja que desafió el protocolo en el Vaticano para llorarle al papa Francisco

La monja, amiga del Pontífice, se acercó discretamente a la zona donde se había colocado el féretro para rezar y llorar en silencio

Sor Geneviève Jeanningros ante el papa Francisco

Sor Geneviève Jeanningros ante el papa Francisco | Foto: Vatican Media

| Roma |

En un escenario dominado por la solemnidad y la rigurosidad del protocolo, una pequeña y compasiva figura destacó entre la multitud en el Vaticano. Era Sor Geneviève Jeanningros, una monja de 81 años de la orden de las Hermanitas de Jesús. Su audaz gesto de romper con el orden establecido al presentar sus respetos al papa Francisco marcó la ceremonia con un toque humano y profundamente espiritual, algo que resonó tanto en España como en el resto del mundo.

La monja se acercó discretamente a la zona donde se había colocado el féretro del papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años, para rezar y llorar en silencio. A pesar de que no formaba parte del rígido protocolo que obligaba a los cardenales, obispos y personal del Vaticano a ser los primeros en dar el adiós al pontífice, nadie se atrevió a decirle a la religiosa que ese no era su lugar y allí permaneció durante varios minutos.

Sor Geneviève ha dedicado 56 años de su vida a las labores sociales más exigentes y marginadas en Roma, especialmente en Ostia, una zona conocida por su degradación urbana. Desafiando estigmas, Sor Geneviève ha trabajado personalmente con comunidades como las mujeres trans y los feriantes, brindando un apoyo incesante y sin prejuicios.

A través de sus constantes esfuerzos, consiguió llevar semanalmente a audiencias generales en el Vaticano a personas de la comunidad LGBT+, incluyendo transexuales que ejercen la prostitución, buscando siempre el entendimiento y la aceptación mutua. Estos actos de compasión le valieron el cariñoso apodo de 'enfant terrible' por parte del propio papa Francisco.

En respuesta a las crisis surgidas durante la pandemia del coronavirus, Sor Geneviève unió fuerzas con don Andrea Conocchia, párroco de la Santísima Virgen Inmaculada de Torvaianica. Juntos, tomaron la decisión de solicitar ayuda al cardenal limosnero Konrad Krajewski para asistir a unas 40 o 50 personas, muchas de ellas sudamericanas, que se encontraban sin trabajo en las ferias.

Su compromiso con estos grupos desfavorecidos y su habilidad para mediar hicieron posible que el 31 de julio de 2024, el papa Francisco realizara una visita histórica al parque de atracciones en Ostia, siendo esta una clara muestra de la influencia y devoción de Sor Geneviève por los olvidados.

A lo largo de su vida, Sor Geneviève ha demostrado cómo la dedicación personal y el amor verdaderamente cristiano pueden desafiar y cambiar el curso de las normas establecidas. Aunque muchas de sus acciones a menudo demandaron ir en contra de la corriente general de la sociedad y de la Iglesia, su clara visión y compasión lograron crear puentes donde antes sólo había divisiones.

La ceremonia donde se atrevió a permanecer en oración junto al féretro del Papa Francisco fue un testimonio no solo de su valor individual, sino también de la profunda conexión que compartía con el papa. Su vida y obra continúan inspirando y generando un cambio positivo en comunidades de todo el mundo, incluyendo España, que se ha visto conmovida por su historia.

4 comentarios

Menor kk Menor k | Hace un mes

Las normas se hacen para que las cumplan todos. Nadie es especial.

xxx xxx | Hace un mes

Desafia? yo no veo que se encare con nadie, al contrario lo consienten y lo respetan porque estaba muy unida al difunto.

Poques feines Poques feines | Hace un mes

Los protocolos están para saltarselos?? Sálvese quién pueda!!!

user sisto | Hace un mes

Para rezar y despedir no necesito destacar ,para mí en un rincón discreto es suficiente. Es solo mi modesta opinión.

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