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Ahora, a por toda la calle

Los vecinos de la calle Manacor de Palma celebran el desalojo del solar okupado y confían en que el Ajuntament de Palma cumpla con los compromisos alcanzados

Imagen del estado que presenta el solar de la calle Manacor de Palma después del desalojo de los okupas. | Click

| Palma |

Parte de la pesadilla que Jesús Molina, vecino de la calle de Manacor, ha venido padeciendo a lo largo de 18 años, y más concretamente la de los últimos 8, ha llegado a su fin. Y decimos que en parte, porque continúa el estado lamentable de ese tramo de acera en la que hay colocados dos postes de compañías telefónicas, desde hace 18 años. Por aquél entonces se dijo que este solar se iba a edificar. Debido a este motivo los sacaran de ese lugar y los trasladaron a la acera. Aún siguen allí dos postes horribles, coronados con un enjambre de cables de lo más antiestético mientras que el solar okupado durante más de media docena de años ha sido desalojado por orden judicial. Allí se ha levantado un muro, que además se ha pintado, con una puerta, cuya alarma está comunicada con la policía por si intentan romperla.

Y es que no ha quedado más remedio que colocar esa alarma, pues en la noche que siguió al día del desalojo –el lunes de la pasada semana–, el okupa saltó la valla, rompió la cerradura por dentro y se volvió a instalar en el solar, por lo que Jesús Molina tuvo que llamar a la policía, que le mostró la puerta de salida. Naturalmente, el okupa no se resistió, sino que salió del solar, al que al día siguiente llegaron los obreros, que lo limpiaron de la basura que se había acumulado en él a lo largo de estos años, y luego repararon la puerta y pintaron el muro. Ahora falta que desinfecten debidamente esa parcela, pues en ella hay ratas, cucarachas y muchos mosquitos. Y también que poden las ramas de los árboles que han crecido en ella. Por tanto, misión cumplida en lo que corresponde a esa parte. Ahora solo falta que retiren los postes de los cables telefónicos de la acera y que esta sea arreglada de una vez por todas.

Y no solo eso –apunta Molina–. «Deben de reformar también toda la calle Manacor, desde Avenidas a Reyes Católicos, como se acordó, por unanimidad, en el pleno del pasado 8 de marzo, algo que no es muy habitual. Me refiero a que todos los partidos se pongan de acuerdo en algo. Y para que no se olviden, estoy haciendo una recogida de firmas de los vecinos de la calle para recordar que lo que hay que arreglar es el alumbrado, las aceras, el alcantarillado y la instalación de la ORA, entre otras cosas. Para lo cual voy a visitar, uno por uno, a los presidentes de las comunidades de dicha calle, a los que dejaré la hoja de firmas para que inviten a los vecinos de las mismas, así como a los comercios, a que la firmen. La calle de Manacor, como reconocieron en el pleno municipal del pasado mes de marzo, merece esa reforma. Y al decir reconocieron, me refiero a todos los partidos políticos que conforman el gobierno municipal de Palma», explica Molina.

Pues como decíamos, calle de Manacor, punto y seguido, es decir, esperar a ver si esa unanimidad en arreglar toda la calle se lleva a cabo.

PD: El sábado por la tarde, un invidente que circulaba por la acera, frente a la pared levantada, tropezó contra el poste de los cables de las compañías telefónicas que está en medio de la misma. Fue un pequeño golpe del que no hay que lamentar consecuencias, pero no deja de ser una evidencia que, estética aparte, esos dos postes son un peligro.

Malos olores

El batle Jaime Martínez pasará a la historia por decir «en Palma se vive en viviendas, no en caravanas», como también puede hacerlo como el alcalde que tiene más gente sin techo durmiendo en la calle. O como el alcalde que dice que tiene un ‘plan de choque’ contra la suciedad, cuando, realmente, este brilla por su ausencia, ya que lo que no podemos hacer es presumir de ciudad limpia, y en según que zonas, cuidada.

Porque les pongo un ejemplo. Calle Rector Petro, número 10, de La Soledat. Es una panadería llamada Malvinas, propiedad de un alemán, galerista para más señas, llamado Johann Nowaz, al frente de la cual está Eva María.

Bien, frente a la citada panadería, cruzando la calle, hay tres contenedores sin tapa. Están así desde illo tempore, tanto que hace dos años, harta de aguantar malos olores y a cien mil moscas acudiendo, como bien diría el fabulista Félix María de Samaniego, a esa especie de panal que son los susodichos, casi todos los días llenos a rebosar de basura, Eva María contactó con Emaya para denunciar el caso. Lo hizo verbalmente, por eso le pidieron que mandara una carta con la queja, cosa que también hizo, pero que a día de hoy no ha tenido respuesta. Pero no solo eso, es que, según dice la panadera, hay días en que por allí los servicios de limpieza ni siquiera pasan a barrer, lo cual obliga a que barra ella. «Y sí, barro, al menos la parte de la calle que hay frente a la panadería», dice.

Anteayer hablamos con Eva María, quién ratificó cuanto decimos más arriba, señalando, además, que ha pedido a quién corresponda que si no ponen las tapas a los contenedores, o no los sustituyan por otros que los tengan, los cambien de ubicación, colocándolos más adelante, donde no hay nadie a quién pueda molestar el cambio. Pero tampoco lo han hecho, puesto que ahí siguen los contenedores.
Pues nada, señor batle, ordene al responsable de Emaya que ponga en marcha el ‘plan de choque’, y que cierren esos contenedores con tapaderas o los cambien por otros que la tengan, o si no los tapa, que los mueva, apartándolos de la panadería. Por ello, en nombre de Eva María y de su clientela, ¡muchas gracias!

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