La lluviosa jornada del pasado sábado en Palma se tomó un respiro para permitir en el centro de Ciutat una singular y ruidosa puesta en escena, en honor de la XXIV Diada de los Castellers de Mallorca. El círculo se cerró frente a la sede del Ajuntament de Palma, y a las construcciones habituales por estas fechas de los castellers mallorquines se les añadieron otras con semejanzas y también diferencias.
Dicen los que conocen la materia a fondo que los castells nacieron hace tiempo en el Camp de Tarragona por influjo del Ball de Valencians. Así es como funcionan las áreas culturales, que comparten rasgos comunes. Cada uno a su manera, pero todos conectados entre sí. En su caso la Muixeranga de la Safor ondeó su enseña morada por las calles de la capital balear, y sus efectivos llevaron el nombre de Gandia (Comunitat Valenciana) hasta lo más alto para el disfrute del numeroso público asistente a la demostración, que tuvo lugar en una concurrida plaza de Cort.
La jornada festiva arrancó con un pasacalles que recorrió buena parte del centro histórico palmesano, donde los protagonistas fueron los conjuntos musicales de gralles i tabals, en este caso suplementados por las dolçaines, el instrumento de viento tradicional que acompaña a los muixeranguers, unos setenta en este desplazamiento tan especial, bien fuera durante la construcción de sus estructuras humanas, o también durante las danzas del ball de bastons.
Irene Cabrera, la cap de colla de la agrupación valenciana, ha explicado a Ultima Hora que «estamos muy contentas de haber podido actuar en la Diada de los Castellers de Mallorca, y haber podido enseñar nuestras muixerangues, que son el origen de los castells, a los mallorquines». Los de la camisa de color granate se revelaron nuevamente como unos grandes anfitriones, a juzgar por las palabras de los convidados.
«Nos han cuidado como si fuéramos hermanos durante todo el fin de semana. Nos hemos sentido como en casa». «La ciudad de Palma es un excelente marco para divulgar nuestra tradición cultural. Nos lo hemos pasado bomba» ha asegurado la directiva muixeranguera, antes de apuntar que «esperamos con muchas ganas que los Castellers de Mallorca puedan venir a la Safor, al País Valencià, y puedan mostrar aquí sus castells».
Al inicio de la actuación, los de la camisa color burdeos volvieron a cimentar el conocido como pilar al balcó, un momento de especial intensidad en el cual la pequeña enxaneta, en esta ocasión una niña de nombre Hikari, fue alzada hasta Cort asiéndose fuertemente a la faja, ante la sorpresa generalizada de los menos avezados a esta práctica. Ya en el balcón del Ayuntamiento fue recibida por la autoridad presente al inicio del acto, el regidor de Medi Natural, Espais Saludables, Mercats i Innovació del Ajuntament de Palma, Llorenç Bauzá, de quien recibió un afectuoso saludo.
El cap de colla de los Castellers de Mallorca, Andreu Alba, ha agradecido el trabajo y la dedicación de toda la agrupación palmesana, consciente de que un fin de semana como este solo es posible gracias al trabajo desinteresado de muchas personas individuales. Quiso destacar, además, la realización de un castell que hacía tiempo que no comparecía en su catálogo como es el 4de6 amb l'agulla. Lo acompañaron de diversos pilars así como un 3de6 y un 3de6 amb l'agulla.
Por su parte, el presidente de los Castellers de Mallorca, Jordi Segura, ha mostrado «satisfacción por poder actuar de nuevo en nuestra ciudad frente a una considerable cantidad de público. Hemos podido mostrar el trabajo de todo el año, junto a los compañeros de Gandia y los Al·lots de Llevant» (Manacor). Para Segura la cita fue «un gran espectáculo» que refleja la «ilusión» por seguir adelante con esta actividad en Mallorca, reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco y presente en la Isla de forma regular desde finales del pasado siglo.