La ONCE celebró durante la mañana de este sábado su jornada anual en las inmediaciones de la Plaza España de Palma. Sin embargo, la lluvia incesante durante toda la mañana fue un obstáculo para la participación de los pocos que por allí pasaban. A las 10 horas dio inicio una diada, que invitaba a los ciudadanos a ponerse en la piel de personas con discapacidad. Varias carpas acogieron las distintas actividades y talleres entre los que destacaron la tiflotecnología —adaptación tecnológica para personas con dificultad visual— y el departamento de braille. Como novedad, la Empresa Municipal de Transport (EMT) mostraba un modelo de la nueva flota de doce autobuses eléctricos con mejoras de accesibilidad.
En la división de tecnología, dos instructores de la ONCE acercaron la ciencia computacional adaptada a personas ciegas. Desde aplicaciones con lectura de pantalla, configuración de dispositivos móviles y descripción oral de imágenes, hasta teclados especiales de lectura y escritura en braille. Estos son solo algunos de los servicios en materia de herramientas adaptadas que ofrecen desde el grupo social. En otra de las carpas habilitadas, Inma Pérez, encargada del área de lenguaje braille realizaba un taller de lectura y escritura. Desde allí, usuarios voluntarios repartieron alfabetos en braille.
Además, personas con discapacidad pudieron subir por primera vez al nuevo autobús de accesibilidad universal de la EMT. La mejora en el diseño de estos vehículos busca facilitar el acceso de los colectivos en situación de discapacidad. Entre los avances más destacables se encuentra una rampa reforzada —manual y automática— y asientos reservados a personas con dificultades de movilidad, así como su respectiva señalización, ya implantada en todos los autobuses urbanos de transporte público. Por el momento, solo doce de estos vehículos están en funcionamiento, pero se espera que la flota aumente hasta los cien en los próximos tres años.
En este mismo ámbito, la EMT ya impulsa un plan de reforma de paradas para facilitar la subida de los usuarios a los vehículos, mediante ampliaciones y elevaciones de las aceras. A su vez, la medida pretende ralentizar la velocidad de parada y evitar que conductores incívicos estacionen en lugares reservados para el transporte público. Para concluir, el proyecto propone reformar un total de 300 paradas en la ciudad de Palma.
Durante la jornada, algunos asistentes realizaron un circuito de movilidad en el que pudieron conocer la experiencia diaria de personas ciegas o con silla de ruedas, mediante el uso de antifaces y bastones. Otro de los talleres estrella fue el de los sentidos. Con un antifaz, los participantes pusieron a prueba sus sentidos más olvidados como el olfato, el oído y el tacto.