El fallecimiento de un ser querido siempre es un momento duro para sus seres queridos. Sin embargo, cuando van acompañados de un generoso último anhelo, su recuerdo mejora. Así, lo ha contado la viuda de Gabriel Serra Socias, el hombre que dejó su herencia a IB-Salut. Las herencias de patrimonios implican un complejo proceso legal, en el que abogados y notarios se encargan de garantizar el cumplimiento de los deseos finales de los fallecidos. En esta ocasión, el motero balear también lo compartió con su mujer Sedi Behvarrad. «Lo que yo tenga, que cuando fallezca, pase al IB-Salut», contó a este medio.
Por su parte, la entidad beneficiada ya está estudiando cómo ejecutar la donación de Gabriel Serra Socias. De hecho, el departamento de servicios jurídicos de IB-Salut cuenta con todo un mecanismo para gestionar las herencias que reciben, ya sean de empresas, organizaciones o particulares. Según ha explicado el subdirector de Humanización, Gabriel Rojo, cuando reciben este tipo de propuestas estudian qué son y cuándo llegará el capital, para después, poder firmar. Así, los últimos deseos pueden llegar a materializarse.
Con la cantidad donada, el benefactor quería que un enfermo en estado terminal pueda tener su propia habitación en su fase final en el hospital Son Llàtzer. «Cuando Gabriel ya estaba muy mal, compartimos sus tres últimos días una habitación con otro enfermo de cáncer, separados ambos por una cortina, lo que significa, entre otras cosas, tanto para unos como para otros, perder la intimidad en momentos tan duros», contó durante la entrevista. Aun así, el hospital ya cuenta con este tipo de espacios más acogedores.
Estas habitaciones con más intimidad ya forman parte del centro médico. Se trata de unas estancias que pueden parecer un hogar y cuentan con más comodidades. A estas existentes, se sumará una nueva a petición del donante. Dependiendo de lo que determine la gerencia de Son Llàtzer, se creará una nueva dependencia destinada a pacientes terminales o se adaptará la que utilizó Gabriel Serra durante sus últimos días ingresado. El donante padecía un cáncer de páncreas con metástasis en hígado y pulmón.
Otro compromiso balear con la sanidad
Como Gabriel, otro balear también dejó su legado en beneficio de la salud pública. En noviembre de 2009, Juan Ignacio Balada Llabrés falleció dejando en su testamento que la mitad de su herencia iría destinada a crear una fundación. Con objeto de promover las ciencias y las artes, lo cual contribuye al área de salud al fomentar investigaciones y proyectos que mejoren la atención sanitaria y el bienestar de la sociedad. Así nació la Fundación Hesperia, entre sus proyectos, se ha llevado a cabo la rehabilitación de la farmacia Llabrés, que perteneció a la madre del difunto, en Ciutadella y su reconversión en un centro para la fundación de personas con discapacidad de Menorca.