La noche del sábado al domingo la discoteca BCM bajó el telón hasta mediados de octubre con otra fiesta apoteósica. Más de 2.000 personas tomaron la pista de baile al ritmo de Walshy Fire, componente de uno de los grupos de electro reggea comercial más importantes del munndo, los estadounidense Major Lazer. Ahora toca descansar (o no) tras un intenso verano en que el club de Calvià ha acogido a gigantes de la música electrónica internacional de la talla de Bob Sinclair, Steve Aoki, Dimitri Vegas o DJ Snake, además del regetonero puertorriqueño Myke Towers.
Las puertas del club se abrieron puntuales a las diez de la noche y no cerraron hasta pasadas las cinco de la madrugada tras más de siete horas de música ininterrumpida en la que colaboraron los djs residentes Witty Martin y Karl8 bajo el espectacular juego de luces y el sonido perfecto de la sala. Muchos trajadores de local es de Magaluf disfrutaron de esta noche señala que marca desde hace años a nivel simbólico el final de la temporada de verano. Además, varios periodistas de medios de comunicación internacionales especializados en música de club asistieron a la Closing Party de ayer para informar de una de las discotecas de gran formato de referencia en el Mediterráneo.
Ascenso
El año pasado BCM fue votada como la 22º mejor discoteca del mundo según la asociación de ocio nocturno Spain Night Life siendo el único establecimiento de la Isla entre las cien primeras. Según apuntan desde la dirección de la sala de fiestas «este año hemos trabajado muy duro para escalar posiciones de cara al anuncio del nuevo ránking que se llevará a cabo este noviembre».
La música no se reanudará en BCM hasta el próximo 19 de octubre, con la fiesta AFRODISE, en la que la temática afrohouse y su mezcla de ritmos africanos y electrónicos marcará la noche del regreso. A esta, le seguirá la fiesta de Halloween Disco Inferno y la gran velada de Nochevieja con la que se cerrará el año el 31 de diciembre.
Aunque las luces se hayan apagado de momento en BCM tras el último baile de la temporada, las ganas de música, fiesta y diversión siguen intactas como dejaron claro las más de 2.000 almas que lo dieron todo en lo que como decía la canción, no fue un adiós sino un hasta luego.